En mis preocupaciones, mentalmente ruego Tu auxilio.
En los momentos en que las buenas ideas escasean, me acuerdo de Tu amor en oración.
Decidí seguir mis días así.
Tu equilibrio, me equilibra.
Tu Fuerza es mi fuerza.
Cuando mi compañía siente el peso de los días, ruego una mirada Tuya, para descansar y continuar.
Confío en Ti, mi Señor.
El tiempo, en su serenidad, es conocedor de todas las respuestas, mantiene su ritmo.
Sin ansiedad. Sin miedos.
El Señor de la Luz me guía y conforta.
¡Me enseña a vivir con alegría y gratitud!
Su Sonrisa es mi Luz.
Su Abrazo es mi casa.
Su Voluntad, que se cumpla en mi vida.
Con gratitud.
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