Nada en la vida puede ser realizado sin la determinación inicial de nuestros objetivos. Poco importan los valores que nos fueron pregonados en la infancia por nuestros padres o impuestos por la sociedad en nuestra vida adulta.
Realizar nuestros propios objetivos requiere un empeño serio, aunque estos parezcan extraños o exóticos para el resto del mundo. Lo importante es que seamos inflexibles en lo tocante a esa cuestión y nos afirmemos, poco importa lo que los otros piensen. Solo con esta condición es que podremos realizarnos y obtendremos éxito en la vida. Nuestros objetivos son únicos e individuales, y reflejan el deseo de nuestro yo más profundo.
La verdad es que son raros los individuos que, habiendo encontrado la felicidad, no tenían la conciencia clara de cuales eran sus objetivos en la vida. Fue exactamente esa toma de conciencia lo que les dio la fuerza necesaria para proseguir su camino a pesar de las dificultades, y adquirir aquello que les brindó equilibrio interior, o sea, un profundo sentimiento de realización personal.
El factor primordial para que alguien alcance ese objetivo es la conciliación consigo mismo, esto es, la certeza de haber hecho una buena elección, sea lo que fuera que los parientes y amigos piensen. Nada es más motivador, ni concede mayor fuerza para reaccionar frente a las adversidades que la certeza interior de que Ud. y solamente Ud. escogió su camino.
Infelizmente, la mayor parte de las personas pasa la vida sin reflexionar seriamente sobre esta cuestión. Y son raros los padres que orientan a los jóvenes para que asuman la responsabilidad por sus vidas. La mayoría oscila entre la postura de dejar que el hijo haga lo que le salga bien - y viva una vida sin objetivos – y el autoritarismo de imponerle un camino que tenga que ver con la búsqueda de dinero, posición social, status, etc.
La ignorancia acerca de los verdaderos objetivos de la vida es generalmente fuente de problemas. Como cualquier otra actividad de la vida, esta también exige creatividad, planeamiento y organización. Esto se hace en dos etapas: Inicialmente es preciso dedicarse a la exploración sin límites de todos los sueños posibles.
Algunos especialistas en psicología consideran importante tomar nota de la fecha y escribir los objetivos que se tienen para aquella semana, aquel mes, aquel año o los próximos cinco años.
Segundo, es importante anotar todo lo que pasa por la cabeza. Un buen estímulo para tal ejercicio es imaginar todo lo que se haría, sin cualquier limitación, si solo restasen seis meses para vivir.
El paso siguiente es hacer una selección, por orden de prioridades y de importancia. Todos los objetivos que nos interesan mucho deben ser clasificados con la letra "A". Los "B" también son importantes, pero en menor grado. Por último, clasificamos con la letra "C" aquellos objetivos a los cuales podemos renunciar sin sentirnos infelices o frustrados.
Todos los especialistas en gestión del tiempo están de acuerdo que establecer más de diez objetivos esenciales en la vida es lo mismo que no tener ninguno, pues seguramente nos ganará la dispersión.
No es fácil realizar esta elección. Pero, personas que de hecho alcanzan éxito en la vida, raramente trazan más de dos o tres objetivos inicialmente, en los cuales concentran todo el esfuerzo.
Aunque esencial, la determinación previa de los objetivos es improductiva si no fuera acompañada de acciones. Debemos definir cada finalidad de la forma más rigurosa posible, y buscar su concreción sin perder nuestro punto de vista.
Este debe ser un ejercicio regular, un propósito a seguir. Lo ideal es que nos dediquemos a él por lo menos una vez en el año, y de preferencia en lo mínimo una vez por mes.
No debemos olvidarnos que estamos siempre evolucionando, por eso, aunque hayan sido determinados con cuidado, los objetivos del año anterior pueden transformarse, después un cambio que no tuvimos en cuenta en la época en que los establecimos.
Lo importante es que estemos siempre atentos a lo que dice nuestro corazón. Él es quien nos dirá, a cada momento, lo que precisamos y lo que podemos hacer para volver realidad nuestros sueños.
• Elisabete Cavalcante es Taróloga, Astróloga, Consultora de I Ching y Terapeuta Floral. Atiende en São Paulo. Turnos por teléfono: (55-11) 5924-5218.
Publicado por Elisabeth Cavalcante
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