"... el hombre es capaz de alcanzar su totalidad, es decir, que puede curarse". Jung
Cuando nos encontramos enfermos o cuando una persona querida se enferma gravemente, al comienzo tendemos a rebelarnos y a preguntarnos: "¿por qué?" Las enfermedades y sus síntomas deben ser tratados por profesionales, pero no podemos olvidar la capacidad de curación que hay dentro de cada uno de nosotros, como afirma Jung en su frase anteriormente citada. Es muy importante hacerse siempre la siguiente pregunta: "¿qué enseñanza puedo sacar de esto y cómo encontrar otro modo de vivir más adecuado?" El filósofo francés Blas Pascal formula una cuestión simple y clara: "la enfermedad es el lugar donde se aprende". Nuestra tarea en el plano físico es aprender. Aprender en el sentido más amplio, más ilimitado: ¡aprender a amar! Amar a los otros y, principalmente, a nosotros mismos. Ese es el conocimiento que nos hace divinos.
El criterio esencial para la curación empieza en curarse a uno mismo, verificando los conflictos e identificando el origen de los mismos. El retorno a la salud requiere un trabajo y un cambio mucho más personal que la simple ingestión de píldoras recetadas por el médico. Sin ese cambio personal acabaremos creando otro problema, que nos traerá de vuelta al origen del mal. El origen es la clave. Para lidiar con él se impone un cambio capaz de llevarnos a una vida personal más ligada a la esencia de nuestro ser. Nos conduce a la parte más profunda de nosotros mismos, a veces denominada el yo superior o la chispa de la divinidad que existe dentro de nosotros.
Uno de los procedimientos más conocidos es la práctica de la meditación. En la meditación es como si cada espiración expulsase del cuerpo la tensión y los elementos nocivos, y la persona se deja llevar por la luz, que pasa a envolver su cuerpo, curando todo, alejando la dolencia, fortaleciendo. La práctica de la meditación lleva al encuentro con el "yo" más poderoso y esencial. Ese camino, aunque requiere persistencia, nos exige menos que las aflicciones que permitimos que se apoderen de nuestro cotidiano. La meditación practicada con regularidad es un medio precioso para recobrar y mantener la salud. La meditación exige práctica, paciencia. Pero el propio acto de meditar genera cada vez más paciencia, y lo que importa es que estás avanzando al encuentro de la parte más bonita, acogedora y productiva de ti mismo - tu porción hecha de luz.
La Psicosomática nos indica no solo la búsqueda y posibilidad de curación, sino además la importancia de la prevención, en cuanto comprendemos el lenguaje del inconsciente a través de sus simbologías. A fin de cuentas, el inconsciente simboliza de cierta forma concreta para que sea reconocido su mensaje, o sea, cuando alguien tiene dificultad para expresar verbalmente un conflicto, éste podrá expresarse corporalmente. Por ello es fundamental que cada cual comprenda las señales y mensajes que recibe del inconsciente y que nada sucede por casualidad, sino que la mayoría de las veces los síntomas reflejan el modo en cómo lidiamos con nuestras emociones y con las personas con quienes convivimos. Entiendo que comprender ese mensaje puede ser un paso decisivo en el camino hacia la curación.
El síntoma puede informarnos sobre lo que todavía nos falta en nuestro camino, pero ello presupone que entendamos su lenguaje. Todo nuestro lenguaje es psicosomático, lo cual quiere decir que conoce la relación entre el cuerpo y la psique. Hay mucha diferencia entre luchar contra la enfermedad y trasmutar la enfermedad. La curación sobreviene exclusivamente por la trasmutación de la enfermedad y por la comprensión de que nos hemos vuelto más perfectos, al darnos cuenta de lo que nos falta. Todo lo que hemos de hacer es mejorarnos a nosotros mismos. Pero ¿cómo evitar las tensiones de la vida? Y, habiendo los conflictos emocionales determinado una dolencia ¿qué hacer para recuperarse? Aquí van algunas sugerencias:
- Simplifica tu vida: procura comprender que cualquier persona está predispuesta a problemas emocionales cuando las tensiones se acumulan. Evita hacer muchas alteraciones en un mismo período de tu vida. Cuantas menos alteraciones al mismo tiempo, más probabilidad de salud.
- No te dejes perturbar por las adversidades: el hecho de que algo no suceda tal como te gustaría no vale el corazón disparado o un dolor de estómago. Cuando estés decepcionado o presionado por problemas, procura decirte a ti mismo: "Bueno, ¿y qué? Mi vida tiene otras cosas más importantes que esos momentos difíciles".
- Evita despreciar o reprimir tus sentimientos: hablar o escribir sobre lo que se siente ayuda a liberar la energía negativa y a identificar lo que sientes.
- Acepta la responsabilidad de tu recuperación: participa activamente en tu recuperación y mantén la esperanza.
- Habla con tu médico: ayúdale a ayudarte, haciéndole todas las preguntas que consideres necesarias respecto de tu estado. No dejes de contarle todos los problemas emocionales que puedan tener cualquier relación con tus síntomas y pídele información sobre tu enfermedad.
- Procura hacer psicoterapia: da preferencia a un profesional especializado en Psicosomática, quien podrá ayudarte a solucionar los conflictos y las tensiones que tengan relación con tu dolencia, haciéndote comprender tus sentimientos y modificar tu comportamiento; reduciendo así la posibilidad de otras enfermedades, o que éstas se agraven. La curación solo se obtiene en la medida en que investigamos las causas o tenemos conciencia de ese proceso.
- Sé flexible: no hay curación en la rigidez, pues no hay crecimiento.
- Desarrolla tu espiritualidad: no tengas miedo a morir, pues quien tiene miedo a morir, tiene miedo a vivir.
- Perdona y perdónate: no te culpes por los errores cometidos ni juzgues los errores de los demás, a fin de cuentas ellos son los que nos hacen aprender. Como decía Jung: "La verdad sale del error. Por ello nunca he tenido miedo al error, ni de él me he arrepentido seriamente".
- Procura desarrollar el amor por ti mismo: las personas enferman por no amarse lo suficiente, y así, no se respetan ni son respetadas. La mejor receta para toda enfermedad aún es una sola: ¡amor!
- Para terminar, hago mías las palabras de Jung: "Para beneficio del equilibrio mental e incluso de la salud fisiológica, el consciente y el inconsciente han de estar completamente interconectados, a fin de que puedan moverse en líneas paralelas". La causa desencadenante de la somatización ha de ser identificada y trabajada. Por tanto, es de extrema importancia y eficacia seguir un procedimiento terapéutico". Y añado: ¡El mejor medicamento aún es el cariño, el afecto y el amor!Referencias Bibliográficas:
- Mãos de Luz - Barbara Ann Brennan - Ed. Pensamento
- A Doença como Linguagem da Alma - Rudiger Dahlke - Ed. Cultrix
- A Doença como Caminho - Thorwald Dethlefsen e Rudiger Dahlke - Ed. Cultrix
- Fenômenos Psicossomáticos - Howard R. Lewis e Martha E. Lewis - Ed. José Olympio
- Quem ama não adoece - Dr. Marco Aurélio Dias da Silva - Ed. Best Seller
Rosemeire Zago é psicóloga clínica CRP 06/36.933-0, com abordagem junguiana e especialização em Psicossomática. Estudiosa de Alice Miller e Jung, aprofundou-se no ensaio: `A Psicologia do Arquétipo da Criança Interior´ - 1940.
A base de seu trabalho no atendimento individual de adultos é o resgate da autoestima e amor-próprio, com experiência no processo de reencontrar e cuidar da criança que foi vítima de abuso físico, psicológico e/ou sexual, e ainda hoje contamina a vida do adulto com suas dores. Visite seu Site e minha Fan page no Facebook. Email: [email protected] Visite o Site do Autor
Publicado dia 4/8/2020 11:35:03 AM em STUM WORLD
