Solo se puede entender una vida cuando se toma en serio su comienzo.
Alice Miller
Todos sabemos que la autoestima, tan esencial en nuestra vida, empieza a formarse en la infancia, a partir de cómo nos tratan las demás personas. A un niño se le puede alimentar o destruir su confianza en sí mismo. O sea, las experiencias del pasado ejercen influencia significativa sobre el adulto.
Solo para recordarlo: autoestima es tener conciencia de tu valía personal, o sea, creer, respetar y confiar en uno mismo, es la suma de la confianza y el respeto por uno mismo. ¡Es creer que uno es capaz!
Quienes han sufrido algún tipo de abuso, psicológico, físico y/o sexual, tendrán muchas dificultades para advertir su propia valía, y la sensación de tenerla es esencial para la salud mental. Esa certidumbre debe obtenerse en la infancia. Todo niño necesita ser amado incondicionalmente, al menos durante los primeros años. Sin los padres como espejo de una actitud de aceptación, el niño no tiene forma de saber quién es. ¿Cuáles fueron tus experiencias de niño? ¿Qué conciencia tienes de tu valía hoy? ¿Es, de hecho, la valía que tú tienes o solo un reflejo de lo que sentías cuando eras niño?
Lo que nos hacen los padres cuando somos niños, y principalmente, lo que nos hacen sentir, queda registrado en nuestro inconsciente, e incluso cuando no lo recordamos, puede hacerse presente. Todo lo que nos dicen o nos hacen, lo sentimos como si fuese lo acertado, lo que debe hacerse, no lo cuestionamos, solamente lo aceptamos. ¿Te imaginas haber sufrido algún abuso y darlo por bueno? Cuando se descuidan las necesidades de un niño, éste recibe el mensaje de que sus necesidades no son importantes y pierde la noción de su valía personal.
Padres exigentes, agresivos, críticos, autoritarios, que demuestran que el niño no es digno de confianza, imponiendo su propia voluntad, no oyendo lo que los niños tienen para decir, crían hijos inseguros y dependientes.
La superprotección también es una forma de abuso infantil. Los niños sobreprotegidos y mimados, la sumisión exagerada durante la niñez, también pueden presentar mucha inseguridad al hacerse adultos, ya que el niño no ha sido estimulado a creer en sí mismo. Así, crece considerando, aunque inconscientemente, que se lo hacían todo porque él no tenía capacidad para hacerlo por sí mismo. De adulto creerá que el mundo va a ser como sus padres, que jamás le han dicho que no, y tendrá muchas dificultades para superar las frustraciones. Esos críos pueden desarrollar un sentimiento de inseguridad, por no tener confianza en sus propias habilidades, toda vez que los demás siempre les han hecho todo. Creen que su valía depende de ser amados. Como no tienen idea de su propia valía, solo comprenden la de los demás.
Alice Miller (autora de varios libros, luchadora por los derechos de los niños) nos habla de tres conceptos importantes para nuestra reflexión y mayor comprensión:
- Pedagogía negra: se trata de una educación que tiene por objeto convertir al niño en sumiso y obediente por medio del poder, la manipulación y la represión, aunque de modo velado. Niños que han sido adiestrados para obedecer a los deseos y órdenes de los adultos, pasan la infancia y la adolescencia conteniendo y disimulando la ira y después la utilizan automáticamente.
- Testigo auxiliador: es una persona que ayuda al niño maltratado o descuidado, aunque de forma esporádica, ofreciéndole algo de apoyo y amor. Puede ser una vecina, un profesor, la abuela, una tía. Gracias a ese testigo el niño empieza a saber que existe el amor. ¿Tuviste tú alguna?
- Testigo conocedor: en la vida del adulto esa persona puede cumplir un papel semejante al del testigo auxiliador en el niño. Es una persona que conoce las consecuencias de la negligencia y de los maltratos sufridos por los niños y le ayuda a enfrentarlos y elaborarlos. Por lo regular el psicólogo puede ayudar a esas personas a comprender mejor su historia y a libertarse.
Sin el testigo conocedor es imposible soportar la verdad de la infancia. La psicoterapia puede proporcionar el reconocimiento emocional de la verdad almacenada en el cuerpo, la liberación de la ley del silencio y de la idealización de los padres.
De niños aprendemos a reprimir y a negar los sentimientos. Muchos han aprendido que las humillaciones y las palizas fueron por su propio bien y no provocan dolores. Y con eso se aprende también a emplear en el futuro la violencia contra los demás, y lo que es peor, también contra uno mismo.
¿Qué podemos hacer? Traer a lo consciente lo que hemos sufrido y confrontarlo con los conocimientos actuales. Percibir que éramos ciegos porque teníamos que protegernos contra los dolores, mientras no teníamos un testigo que pudiese escucharnos con empatía. El adulto ya no se siente impotente, y puede ofrecer al niño protección y oído atento, para que pueda expresarse a su modo y contar su historia. Por tanto, si has sufrido algún tipo de abuso, no te dé vergüenza buscar a quien te ayude a comprender tu historia y a encontrar tu verdad.
Miller, Alice:
A Verdade Liberta. Ed Martins Fontes.
O Drama da Criança Bem Dotada. Summus editorial.
Rosemeire Zago é psicóloga clínica CRP 06/36.933-0, com abordagem junguiana e especialização em Psicossomática. Estudiosa de Alice Miller e Jung, aprofundou-se no ensaio: `A Psicologia do Arquétipo da Criança Interior´ - 1940.
A base de seu trabalho no atendimento individual de adultos é o resgate da autoestima e amor-próprio, com experiência no processo de reencontrar e cuidar da criança que foi vítima de abuso físico, psicológico e/ou sexual, e ainda hoje contamina a vida do adulto com suas dores. Visite seu Site e minha Fan page no Facebook. Email: [email protected] Visite o Site do Autor
Publicado dia 10/8/2012 12:15:53 PM em STUM WORLD
