Los seres humanos están en la Tierra con la finalidad máxima de ser felices. Vosotros me preguntaréis: “¿Por qué tanta infelicidad? ¿Por qué tantos sufren, por qué nosotros sufrimos tantas tristezas y desilusiones?”
Todo esto forma parte del aprendizaje. Las personas, muchas veces, tienen dificultades para aprender.
La vida envía enseñanzas, manda avisos y muchas veces las personas no los ven. Vosotros sois, muchas veces, difíciles de aprender las lecciones necesarias. El sufrimiento sólo viene por la falta del aprendizaje.
El día en que aprendáis a observar la vida, a mirar y comprender lo que ella quiere mostrar, el sufrimiento disminuirá. Porque, en realidad, la intención es la felicidad.
La lección de hoy, en la que debéis pensar durante la semana, es esta: yo he venido al mundo para ser feliz siempre. ¿Qué puedo hacer para conquistar esa felicidad?
Esto cada cual lo encontrará dentro de sí. Percibirá lo que la vida le quiere enseñar. Visto eso, vamos aprender y pasar adelante.
Es como pasar de curso en la escuela. Cada vez que se aprende la lección se pasa adelante.
Y si no ofrecéis resistencia al aprendizaje no habrá sufrimiento. Habrá solamente la felicidad de la misión cumplida y de la lección aprendida.
Espero que hayáis logrado comprender el quid de esta cuestión. Ésta es muy importante. Pensad en lo que estoy diciendo. No lo dejéis pasar. Porque es una lección muy importante.
Es lo que tengo para dejar esta semana. Una bendición especial a todos cuantos estáis aquí reunidos y quedad con Dios.