Lamentablemente el sufrimiento nos causa mucho dolor, pero también nos hace crecer, porque cuando estamos bien nos acomodamos y difícilmente buscamos nuevos aprendizajes. Siempre es posible aprender algo nuevo respecto de uno mismo, por eso el auto-conocimiento es tan importante.
Al aumentar el conocimiento sobre quiénes somos, nos hacemos mucho más conscientes de lo que queremos para nosotros y dejamos de correr en pos de lo que nos han enseñado que deberíamos querer; así, dirigimos el enfoque hacia el lugar de donde nunca debería haber salido: dentro de nosotros mismos. Ya no vivimos a merced de otras personas, mendigando atención, reconocimiento, amor, aprobación, cariño, pues hemos aprendido a nutrirnos con nuestros propios recursos y éstos, puedes estar seguro, son infinitos.
La peor situación que podemos vivir es pasar toda nuestra existencia tratando de conocer al otro, cuando siquiera miramos hacia lo que tenemos dentro de nosotros, alienado de los propios sentimientos. O bien, ¿cuántos pasan la vida esperando por el amor y el respeto del otro, o viviendo en función de alguien? ¿Es bueno ser amado, reconocido, aprobado, respetado? Claro, pero esto no debe ser una condición para ser feliz. ¿Cuántos de nosotros hacemos cosas completamente distintas de lo que sentimos y deseamos? Y tú ¿con qué frecuencia lo haces? ¿Cuánto te amas y respetas? ¿De qué manera te tratan? ¿No será la manera en cómo te tratan solo un reflejo de cómo tú mismo te tratas? ¿Has pensado sobre esto? Continúa tu reflexión. ¿Te sientes continuamente no respetado? ¿Hacen otros algo para ti y por ti sin consultarte? ¿Eres consciente de tus valores y procedes conforme a ellos? ¿Acostumbras a ponerte como víctima? Busca las respuestas dentro de ti, esto hará que te conozcas un poco más. Puede que ahora pienses que no sabes ninguna de estas respuestas, pero insisto en decirte que están dentro de ti, basta que averigües, que rebusques si es el caso, y que desees realmente encontrarlas.
El respeto que tenemos por todo cuanto somos y sentimos muy dentro de nuestro más profundo ser es lo que irá a delimitar hasta dónde puede o no llegar el otro. Si te sientes constantemente invadido, agredido, manipulado, criticado, no respetado, humillado, ¿te has parado a pensar por qué continúas permitiendo que te traten así? ¿No será que esto ocurre porque en el fondo tú mismo no te respetas? Examina tus sentimientos y actitudes y pregúntate: ¿por qué permito que me traten con desconsideración, sin respeto?
Cuando nos respetamos plenamente, mostramos a los demás cómo deben tratarnos, pese a que en algunas situaciones lo mejor ciertamente puede ser alejarse, para no volver a ser lastimado. Si constantemente te faltan al respeto algo ha de ser observado y cambiado. ¿O será que estás sobrevalorando al otro en la misma proporción en que te rebajas a ti mismo? ¿Eres consciente de tu propia valía? Esto es lo que el auto-conocimiento nos proporciona: aprender a dar valor al ser humano que somos. Sin el sentido de nuestro valor individual, nos sentimos disminuidos, inferiores ante el mundo. Deja también de criticarte, poniendo defectos a todo cuanto haces, piensas, hablas. Y empieza a percibir las cualidades que posees. ¿A cuántas personas has ayudado ya? Cesa también de querer ser perfecto, esto solo nos lleva a la extenuación y a una eterna exigencia.
Es muy cómodo echar la culpa a los demás por cualquier desilusión o sufrimiento que pasamos, no es fácil aceptar la responsabilidad por nuestras propias quimeras y desengaños, pero ¿cuántas veces no hemos permitido que esto ocurra? Claro que no me refiero a la época en que eras pequeño y no sabías defenderte, pero ahora, adulto, puedes y debes aprender a cuidar de ti mismo. Cuando renunciamos a nosotros mismos, con toda seguridad otras personas tomarán las riendas de nuestra vida. Cuando autorizamos a otros a determinar cuánto valemos, una sensación de vacío se adueña de nuestra alma, aumentando aún más nuestra necesidad constante de aprobación, de reconocimiento, y la consecuencia es más sufrimiento. Para evitar que ocurra eso, retoma para ti la responsabilidad de tu vida. Sé independiente en todas las áreas de tu vida, aunque al principio pueda parecerte que esto sea imposible. Puede ser difícil, pero nada, ciertamente nada, es imposible.
Según nos vamos conociendo, ya no quedamos a merced de las opiniones de lo que piensan o dicen de nosotros y menos aún nos dejamos manipular. Al fin y al cabo, exigencias, críticas, indelicadezas, insensibilidad, agresividad, falta de respeto, desinterés, y esas pequeñas faltas cometidas en el día a día pueden destruir las más antiguas y afectuosas convivencias, comprometiendo principalmente el sentimiento que tenemos hacia nosotros mismos. Siendo así, procura establecer límites o aléjate de quien te trata de esa manera.
Muchos pueden preguntar por qué es tan difícil identificar los propios sentimientos, y la respuesta es que hemos sido “educados” para reprimir lo que sentimos, y el oír durante muchos años que no debemos llorar, ser débiles, expresar las emociones, nos ha condicionado a la enseñanza de que toda expresión de sentimiento y afecto es equivocada; entonces, cuando nos deparamos con nuestras necesidades emocionales siquiera sabemos cómo identificarlas ni satisfacerlas.
El tema del auto-conocimiento es amplio y complejo, principalmente por envolver aspectos inconscientes. Pero es importante resaltar que el auto-conocimiento requiere mucho diálogo interno, bien para identificar nuestras creencias, las máscaras que hemos creado para protegernos y la comprensión de la sombra, a fin de que después, sí, logremos encontrar nuestro self, el verdadero yo, aquello que somos en esencia, que siempre es mucho mejor que aquella persona que nos han hecho creer que somos. Pero para alcanzar este nivel es preciso comprometerse a querer realmente conocerse, sin miedos, resistencias, boicots, para poder alcanzar ese nivel de paz y armonía interna que todos ansiamos. En fin, el auto-conocimiento es la base primordial para alcanzar la verdadera sabiduría. ¡Y cuanto más descubrimos sobre nosotros mismos, percibimos cuánto aún nos queda por descubrir! ¡Permite que ese viaje hacia dentro de ti mismo sea tu más grande y rica aventura!
Rosemeire Zago é psicóloga clínica CRP 06/36.933-0, com abordagem junguiana e especialização em Psicossomática. Estudiosa de Alice Miller e Jung, aprofundou-se no ensaio: `A Psicologia do Arquétipo da Criança Interior´ - 1940.
A base de seu trabalho no atendimento individual de adultos é o resgate da autoestima e amor-próprio, com experiência no processo de reencontrar e cuidar da criança que foi vítima de abuso físico, psicológico e/ou sexual, e ainda hoje contamina a vida do adulto com suas dores. Visite seu Site e minha Fan page no Facebook. Email: [email protected] Visite o Site do Autor