¡Madre! Cuántos significados esa palabra hace brotar dentro de cada uno. Para unos es sinónimo de amor, arrullo, cuidado, protección, amistad, dedicación, alguien a quien siempre recurrimos al sentir necesidad de regazo y apoyo, y nos trae alegría, paz, tranquilidad, seguridad. Para otros todo esto no es más que pura utopía, significa autoritarismo, castración, abandono, rechazo, inseguridad, control, y trae dolores y tristezas. Y tú, ¿qué sientes cuando pronuncias la palabra madre? ¿Cuál es la mayor lección que tu madre te ha dejado? ¿Cuál es la mayor alegría? ¿Y la mayor tristeza? Sí, madre tiene el don de despertar en nosotros los más diversos sentimientos, llevándonos de un extremo a otro.
No todos están al lado de su madre, por los motivos más diversos, unos porque ya falleció y está en otro plano, pero no por eso deja de ser recordada. Otros están distantes por opción y otros más por imposición, por el motivo que fuere, pero ciertamente la añoranza existe. Generalmente echamos de menos aquello que nos dieron y ya no tenemos, pero principalmente aquello que nunca siquiera hemos recibido, lo que nos hubiese gustado pero que nunca fue, pues siempre esperamos más y más de aquella a quien llamamos madre.
No importa si generó, si acertó, si se equivocó, al fin y al cabo nadie es perfecto. Aún así, no podemos negar que el papel de madre es único, pues simboliza aquella que nutre, ampara, protege, acoge y tranquiliza. Claro que desgraciadamente no todos han recibido estos cuidados, pero madre es aquella que nos trajo a la vida, al aprendizaje, a la evolución. Y a través de ella es como estamos hoy todos aquí. Como dice el estribillo de la canción:
madre, que Dios ha puesto en mi mundo,
historia de amor tan profunda,
no sé cómo agradecerte,
ves, madre, me has enseñado el camino y
Cuando me siento solo,
Te recuerdo todavía más.
A pesar de todo, el amor de madre es algo realmente muy profundo y que deberíamos siempre agradecer. Por más errores que una madre, que aparte de todo también es un ser humano, pueda haber cometido, seguramente han sido muchos más sus aciertos. ¿Has imaginado cómo sería la infancia y la vida de tu madre? ¿Qué tal saber un poco más de quien sabe tanto de ti? Piensa sobre eso.
Para entender los conflictos que vives en el presente, quizá sea necesario buscar su origen en el pasado. Después de haber comprendido la infancia de tu madre, podrás, quién sabe, comprender mejor la tuya. La mayoría aún busca aprobación y reconocimiento de sus madres aunque inconscientemente, y ese es uno de los orígenes de muchos conflictos. Sí, estamos siempre, aunque de forma inconsciente, buscando su cariño, su regazo. Creo que es lo que en el fondo todos desean de su madre, pero si no has recibido eso, recuerda, todo lo que se hizo en aquel momento, era lo mejor que ella podía hacer. Tenemos la pésima costumbre de juzgar todo un pasado, sea nuestro o de otra persona, por los valores del presente, lo cual distorsiona totalmente los hechos. Nuestros valores cambian con el paso de los años y conforme a la experiencia de vida que vivenciamos. ¿Cómo entonces juzgar algo o a alguien? ¿Por qué sufrir con lo que se hizo o se dijo hace años? Es cierto que el pasado está registrado en nuestra memoria y en nuestro inconsciente, pero buscar culpables por dificultades o comportamientos actuales, de nada servirá. Solo es una manera de mantener un sufrimiento que no hace crecer. Procura ponerte en el lugar de ella por solo unos instantes. Sí, considera toda la situación de la época en que ocurrió. Confrontar el pasado, comprender la historia de vida e infancia de tu madre puede ayudar a comprenderla y a entender muchas dificultades. Pero eso no quiere decir que tenemos, en cuanto hijos, el derecho de juzgarla o condenarla, como máximo debemos comprenderla. En fin, vivir en paz con nuestra madre es uno de los caminos para estar en paz con uno mismo.
Hoy nosotros, en cuanto hijos, ¡sí agradecemos! Agradecemos sus noches en blanco, sus preocupaciones, su dedicación, su paciencia y comprensión. Reconocemos también su fuerza, garra y coraje, por la que tantas veces se donó por nosotros. Te admiramos en cuanto mujer, a veces comparada con una rosa, por la belleza, sensibilidad y fragilidad. Muchos pueden tener dificultades para relacionarse con su madre cuando adultos, por la forma en que fueron tratados durante la infancia, pero aún así, todos debemos agradecer, sobre todo, por la dádiva de la vida y recordar que todo cuanto vivimos en este mundo material se queda muy pequeño ante el mundo espiritual.
¡Donde quiera que estén, hijos o madres, deben recordar que estarán siempre unidos por un verdadero lazo, por un sentimiento mayor llamado amor! ¡Enhorabuena a todas las madres, a fin de cuentas, si no fuese por vosotras, ninguno de nosotros estaría aquí! ¡Y un agradecimiento especial a mi querida madre y también a mi abuela, que ya se fue, pero que durante años fue una verdadera madre!
Rosemeire Zago é psicóloga clínica CRP 06/36.933-0, com abordagem junguiana e especialização em Psicossomática. Estudiosa de Alice Miller e Jung, aprofundou-se no ensaio: `A Psicologia do Arquétipo da Criança Interior´ - 1940.
A base de seu trabalho no atendimento individual de adultos é o resgate da autoestima e amor-próprio, com experiência no processo de reencontrar e cuidar da criança que foi vítima de abuso físico, psicológico e/ou sexual, e ainda hoje contamina a vida do adulto com suas dores. Visite seu Site e minha Fan page no Facebook. Email: [email protected] Visite o Site do Autor
Publicado dia 4/8/2020 11:34:52 AM em STUM WORLD
