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6 comportamientos tóxicos que alejan a las personas
por WebMaster
Autor Paula Machado
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Traducción de Teresa
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Ciertos comportamientos y actitudes son considerados tóxicos porque alejan a las personas de la convivencia y pueden causar verdaderos desastres – para las relaciones amorosas e interpersonales, para el éxito profesional y, principalmente, para el bienestar, tanto el de la persona que actúa negativamente como el de todos los de su entorno.
¿Quién nunca se ha arrepentido de una actitud impensada que causó malestar o acabó con relaciones que prometían? Nadie está libre de tropiezos como ese, pero algunas personas están más evolucionadas, equilibradas emocionalmente y son más capaces de compartir, unir y agregar, en lugar de alejar a las personas.
No importa si tus comportamientos tóxicos son frecuentes o sólo ocurren muy raramente. Es esencial para tu felicidad y éxito que seas capaz de reconocer cuando te estás comportando mal, para corregir el derrotero y cortar el mal por la raíz.
Los seis comportamientos tóxicos que percibo con más frecuencia son:
1. Llevarlo todo al terreno personal
Es muy difícil relacionarse con personas que consideran que todo lo que ocurre a su alrededor representa un ataque directo, personal, o al menos, tiene que ver con ellas.
Lo cierto es que lo que las personas dicen o cómo actúan refleja mucho mejor quiénes son que cualquier juicio de valor respecto de ellas. La reacción de los demás para contigo está relacionada a la interpretación de la realidad de ellas – sus filtros, creencias limitantes, perspectivas, heridas del pasado y experiencias. Independiente de que digan que tú eres fantástica o crean que estás llena de defectos – todo el juicio lo hacen sobre ellas mismas, las más de las veces. Claro que no debemos ser narcisistas, ignorando toda respuesta que venga del otro. Por suerte es relativamente fácil identificar quien dice algo para contribuir y quien habla para destruir o causar dolor. Muchas de las amarguras, decepciones, frustraciones y tristezas en nuestra vida resultan de llevar las cosas al terreno personal. Es mucho más productivo y sano desapegarnos de la opinión positiva o negativa del otro sobre nosotros y permitir que nuestro corazón, intuición y sabiduría interna guíen nuestras actitudes.
2. Actuar como se siempre fueses la víctima
Las quejas continuas e ininterrumpidas alimentan nuestro sentido de victimización. Considerar que eres una víctima, que no tienes poder ni control sobre cómo encaminar tu vida te impide la construcción de una vida plena, en la cual te responsabilizas por quién eres y por lo que te sucede, lo bueno y lo malo. Todos tenemos acceso a mucho más poder, autoridad e influencia sobre nuestras propias vidas de lo que creemos en principio. Cuando decides dejarte de quejas, negarte a percibirte como una víctima del destino y eliges aceptar la realidad tal como ella es, comprendes que tienes mucho más poder interno de lo que suponías antes.
3. Nutrir pensamientos negativos obsesivos
Es muy difícil permanecer al lado de personas que insisten en no abrir mano de la negatividad, y describen en detalles, incesantemente, las cosas terribles que les han pasado o les podrían pasar, las injusticias de la vida y todo cuanto han tenido que soportar.
Tercamente, esas personas rehúsan ver el lado positivo de la vida y las lecciones positivas de los acontecimientos. Pesimismo es algo a que todos estamos susceptibles ocasionalmente, pero permanecer perpetuamente atrancado en pensamientos negativos es algo muy diferente. La buena noticia es que mirar sólo el lado negativo y funcionar desde un punto de vista de que todo está en contra es sólo una de las maneras de pensar y vivir – y tú puedes cambiar eso, si deseas vivir mejor.
4. Falta de autocontrol emocional
La falta de habilidad para lidiar con las propias emociones es muy perturbadora. Todos conocemos personas que estallan en cólera o se deshacen en lágrimas ante el menor problema. Gritar en la cola del banco, insultar a un empleado debido a un error involuntario, o perder la paciencia con el hijo pequeño que derramó el zumo por el suelo son comportamientos inadecuados, que demuestran baja inteligencia emocional. Si percibes esas características en ti misma quizá necesites ayuda externa especializada para aprender a tener control sobre las emociones y comprender lo que se oculta por detrás de tu sensibilidad exagerada.
5. Actuar con crueldad
Uno de los comportamientos más tóxicos es la falta de empatía, preocupación y compasión hacia los semejantes. Somos testigos de esto todo el tiempo en los ambientes virtuales, online y en los medios – personas que son poco amables y hacen daño a otras por el simple hecho de que pueden hacerlo. Destruyen a otras personas online de un modo cobarde, escudándose en el anonimato. Ser cruel y hacer daño a otros voluntariamente, cualquiera que fuese la razón, son desvíos de comportamiento, incompatibles con la vida en grupo. Si procedes así a veces, busca la compasión en tu interior y comprende que estamos todos juntos en el barco de la vida. Nadie es mejor o peor que otro.
6. Necesidad insaciable de validación
Las personas carentes, que todo el tiempo exigen soporte y reconocimiento de que tienen razón, fatigan e intimidan. Hombres y mujeres que tienen la necesidad insaciable de demostrar su valía y constantemente necesitan “vencer” a quienes están a su alrededor, ahogan y absorben la energía de quienes conviven con ellos. Tu vida es mucho más que eso – no importa lo que tú consigues a ojos de los demás. Importa mucho más la jornada, el proceso, el camino – lo que tú aprendes, cómo te relacionas con los otros y les ayudas a desarrollarse, y cómo cultivas tu propio desarrollo. Al final, la única opinión que realmente importa es la que tú tienes sobre ti mismo. Cultiva el auto-amor y da menos atención al amor y aprobación que los otros pueden o no demostrar hacia ti.
Si estás en lucha con cualquiera de los aspectos de comportamiento mencionados, has de saber que no estás solo. Estamos todos en la jornada de autoconocimiento y desarrollo personal, juntos, luchando por sentirnos mejor, pensar con más clareza, mantener nuestras vidas encarriladas, relacionarnos bien con los demás. Ese es un camino continuo, que no se termina – el objetivo mayor es ser, cada día, un poco mejor de lo que fuiste ayer. Cambios positivos requieren disposición, esfuerzo, determinación y constancia en los propósitos.
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