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Cómo desconectarse en minutos.
por WebMaster
Autor Bernardino Nilton Nascimento
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Traducción de Teresa
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En instantes puedes desconectarte y renovar tus energías sonriendo.
Olvida las preocupaciones, tranquila, al menos durante algunos minutos déjalo todo de lado. Ahora, vuélvete hacia dentro de ti, hasta que sientas que nada te está estorbando: facturas, cumpleaños, trabajo, enfermedades, fiestas, hijos, madre, padre, relaciones, marido, esposa, amante, en fin, nada. Quita todo eso de la mente, abre la ducha y empieza a cantar. Respira hondo, relaja y deja que el agua caiga por todo tu cuerpo, como si fuese una piedra en el río, dejándote mojar, puliendo tu alma, llevando todas tus preocupaciones.
Canta lo que te mande el corazón, con rima, sin rima, con ritmo, sin ritmo, y canta, hasta reírte de ti mismo, sonríe, ¡y canta!
En este momento, en tu dimensión de espacio y tiempo, mantener la mente tranquila es un don que te da alegría, sabiduría y paz.
El corazón tranquilo es un don que saca del amor su dulzura. Mírate, admírate como una flor, una rosa, un girasol, un jardín, un pájaro, ¡y canta!
La conciencia es un espejo que refleja los cuatro elementos. La belleza es el corazón que genera amor, abre la mente y liberta. Entonces, en ese momento, deja a tu corazón producir amor por sí mismo y abre tu mente al Todo, dejando caer el agua, ¡y canta!
Y cuando salgas de ese encuentro con tu yo, sal alegremente, como un pájaro. Y déjate caer en la cama, graciosamente, como una hoja. Sin miedo, libre y alegre. Cuando te levantes, permanece en pie como un árbol alto y fuerte. Cuando salgas de esos momentos de libertad, respira hondo y vuelve a lo normal. ¿Es hora de trabajar? Entonces, trabaja como una abeja, fervorosamente. Y cuando vuelvas, juega, pero juega como la brisa refrescante, suave y pura. Ve a la ducha ¡y canta! Vas a notar que algo va cambiando. La alegría llama a tu corazón y disfrutas el momento. Con el paso de los días, la ansiedad va quedando atrás y las soluciones pasan a formar parte de ti.
Las experiencias valen por las emociones que han proporcionado y para ampliar tu aprendizaje. Entonces, al llegar a casa, ve a la ducha y empieza todo otra vez, una buena ducha, ¡y canta!
El mundo merece y tú, tú mereces vivir, al menos durante algunos instantes vive para ti mismo ¡y canta!
Feliz en tu plenitud, deja caer el agua, ¡y canta!
Vive la vida en su plenitud, dividida en instantes, deja caer el agua, ¡y canta!
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BNN
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