Home >
STUM WORLD
Depresión y orgullo
por WebMaster
Autora: Hee Jin Myung
[email protected]
Traducción de Teresa
[email protected]
La paciente Lucía acudió a mí porque padecía depresión grave desde hacía 20 años. Se había sometido a todo tipo de tratamientos médicos sin éxito. Había estado casada tres veces, siendo que el último marido la cambió por una joven a la que ella doblaba la edad. Decía que sus maridos eran todos unos canallas, que no valían nada. Se quejaba por todo. Nada estaba bien para ella. Nunca se sentía bien.
En la primera vivencia Lucía fue una reina poderosa y rica. Lo tenía todo y no admitía ser contrariada. A quien la contrariase ella lo mandaba matar. Un día descubrió la traición de su marido y lo mandó matar.
En la segunda vivencia fue una gitana muy guapa que cantaba y bailaba graciosamente. Un día descubrió que su marido tenía varias amantes. Le cortó su órgano sexual dejándolo lisiado para siempre.
En la tercera vivencia Lucía fue una mujer joven y guapa que se casó con un hombre muy mayor y rico. Ella lo tenía todo, pero no amaba a su marido, entonces se buscó un amante y envenenó al marido para quedarse con todo.
En la cuarta vivencia fue un sacerdote en la época de la Santa Inquisición. Mandó matar a miles de personas en nombre de Dios. En el fondo, no creía en Dios, sólo se hizo sacerdote porque no le gustaban las mujeres. Bebía mucho y blasfemaba el nombre de Dios.
Era evidente que los maridos de esta vida eran los mismos de vidas pasadas y volvieron para el justo rescate kármico, pues mientras la pareja no aprenda a perdonarse y a ser fieles uno al otro tendrán que volver muchas veces juntos.
Personas que tuvieron mucho poder y riquezas en vidas pasadas suelen reencarnar con mucho orgullo de sí mismas.
El individuo orgulloso, en lo más recóndito no cree en Dios, pues considera que todo cuanto posee se debe a su propia capacidad y esfuerzo, en la mejor de las hipótesis piensa que Dios es un criado suyo y que existe únicamente para cumplir sus deseos.
El orgulloso nunca está satisfecho, nada es lo bastante bueno para él, por eso se queja día y noche. Y cuanto más se queja, más se hunde en la depresión, pues lo opuesto a la depresión es la gratitud.
Vamos a suponer que el individuo va a una exposición de obras de arte y se pone a criticar todo lo que ve ante sí. Lógicamente el artista se sentirá indignado.
Cuando uno murmura y se queja, Dios recibe esto como una ofensa personal. Y se encoleriza.
Dios no quiere saber si te sientes satisfecho o no con la vida, si tienes comida, casa, ropa, salud, o no. Él sólo desea tu evolución espiritual y si para ello es preciso que tengas un cáncer, o morir de hambre o perder un hijo para despertar tu consciencia, Él lo va a permitir.
La voluntad de Dios es opuesta a la voluntad de nuestra carne. Mientras el individuo no pueda entender el pensamiento y la voluntad de Dios sólo va a encontrar sufrimiento en su vida, porque será como un coche que va contramano.
A menudo el hacer la voluntad de Dios nos hará gemir de dolor en nuestra carne, pero nuestro espíritu se fortalecerá más y más.
Solamente cuando nuestra voluntad quede alineada con la voluntad de Dios, podremos entender aquella frase de la Biblia: "Y en todo dad gracias a Dios", porque entonces vamos a entender que todo lo que nos sucede es para nuestro propio bien espiritual y por tanto debemos agradecer a Dios, incluso por las desgracias.
Resumiendo, la depresión es hija del orgullo y la felicidad es hija de la humildad, porque solamente la humildad nos conduce a Dios.
WebMaster é o Apelido que identifica os artigos traduzidos dos Associados ao Clube STUM, bem como outros textos de conteúdo relevante.
Email:
[email protected]
Visit the author's website
© Copyright Somos Todos UM
Terms of Use