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El descubrimiento de los trabajos con la espiritualidad
por WebMaster
Autor Clements
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Traducción de Teresa
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Hola, soy Clements. Voy a escribir en este espacio todos los martes para contar cómo es el cotidiano de alguien que se está iniciando con la mediumnidad y cómo lidio con todo un nuevo universo (aunque ya cuente con experiencias en el espiritismo y catolicismo, entre otras).
Voy a compartir mis experiencias de joven aprendiz, es decir los aciertos, errores, cabezazos, pequeñas conquistas y el desarrollo continuo para convertirme en una persona/espíritu mejor con ese tono que Dios presta a diversas personas.
Mi mediumnidad "estalló" a principios de 2015. Cuando digo "estalló" es porque así mismo es como fue. Como de la nada. No sé si hubo señales anteriores de las cuales no tuviese percepción, pero coincidió con mi salida de una ONG tras 14 años de trabajos voluntarios.
Puedes pensar: "ahora voy a ver espíritus" o "voy a incorporar y a escribir relatos como Chico Xavier". No sucedió nada de esto y a decir verdad, fue un proceso bastante doloroso, pues el canal con la espiritualidad fue abierto sin que yo tuviese una base sólida para mantenerme (no sé si la tengo todavía hoy, pero sé que estoy en la construcción de los pilares y la fundación de esta obra) con mente y cuerpo fortalecidos.
La apertura del canal de la mediumnidad atenuó mis cualidades y mis defectos. Yo oía mi propia voz juzgándome sobre mis peores defectos y no comprendía el motivo de esa situación. Cosas que me parecían equivocadas me eran echadas en cara (por medio de personas, situaciones, miradas, entre otros), además de sensaciones energéticas bastante desagradables. Pronto eso afectó al cuerpo físico, rondando un cuadro clínico de depresión, ya que no me apetecía nada la interacción social, debido a dichos pensamientos desagradables y a dolores por el cuerpo físico (hasta llegué a cancelar un viaje a última hora por cuenta de todo ese escenario).
La expresión "no sucede en el tiempo que queremos, sino en el tiempo de Dios" era bien adecuada para la situación. Después de un tiempo conté la historia a una amiga espírita. Habíamos estudiado inglés juntos. Ella me dijo que fuese a tomar un pase en el Centro Espírita Nosso Lar - Casas André Luiz cerca de mi casa en la Zona Norte. Cuando entré en el salón de la charla sentí un gran alivio de inmediato, de aquellos que te hacen respirar hondo. La señal de atención fue activada.
Entré en contacto con un tío médium para explicar la situación. Me dijo que me llevaría a un Centro donde había trabajado durante muchos años y donde actualmente imparte charlas a personas que están en tratamiento. Para sorpresa mía, era el Centro donde había hecho la denominada "evangelización infantil".
En aquella época no me gustaba demasiado despertar temprano el sábado para las clases (ya hacía esto cinco días a la semana por el colegio) y acabé por no terminar el curso, pero fue una base importante. Yo siempre absorbía la información y pensaba sobre lo que me parecía acertado o no (por ese motivo nunca me gustaba ir a misas en iglesias católicas, para hacer mis plegarias prefería ir cuando una iglesia estaba vacía. Me gustaba ir a la Iglesia de San Judas en la Zona Sur de São Paulo, pues encendía una vela en agradecimiento por la oportunidad de "ser escuchado").
Llegando al Centro Espírita Aprendices del Evangelio, en Vila Manchester, Zona Este de São Paulo, mi tío me explicó que todo ese proceso era inicio de la mediumnidad y dijo en broma que le parecía que eso habría de ocurrir con mi hermano. Imagina mi cara con esa broma. Gané un libro de poesías de Chico Xavier y di comienzo a un tratamiento espiritual para equilibrio del cuerpo y la mente (sólo acepté llevar a cabo ese tratamiento en un Centro en la Zona Este de la ciudad por conocer la seriedad del trabajo de la Casa y el sentimiento acogedor de los voluntarios hacia personas cuyo nombre siquiera sabían).
El tratamiento duró unos seis meses, luego me fue indicado hacer otro tratamiento con un terapeuta espiritual llamado Wilson Francisco (vale decir que yo era contra el abrirme a extraños, principalmente en terapia, pero estaba equivocado). Wilson llevaba un trabajo espiritual con mi tío y también realiza trabajos como terapeuta de personas que profesan diferentes religiones. Estoy agradecido por todo cuanto Wilson ha hecho por mí y también por todas las veces en que hemos charlado (ayer y en la actualidad), pues salgo cada vez más enriquecido de contenido sobre la vida, el universo y la espiritualidad.
Vale destacar que en todo ese proceso - como ahora - mantengo una rutina semejante a la que tenía antes de la espiritualidad, pero siempre con la evolución personal, dejando hábitos malsanos de lado. Continúo acudiendo a los partidos de fútbol, saliendo con amigos, con la familia (siempre protegiéndome de agresiones extra-físicas) y aprovechando la vida con una mirada más atenta a todo lo que me rodea. Mis relaciones durante la fase de tratamiento continuaban siendo normales, pero no contaba a ninguna mujer que yo tenía mediumnidad. Muchos días yo estaba mal, pero tenía que aparentar estar bien al 100%. Ese año volví a salir en pareja, y sólo se lo conté a mi chica un poco antes de oficializar la relación. Como hablábamos de temas relativos a la espiritualidad en nuestras charlas, yo ya fui preparando el terreno para contárselo sin que se asustase y todo fue bien.
Volviendo al proceso de terapia, después de un tiempo Wilson me invitó a empezar a trabajar y aprender más sobre la espiritualidad. Me indicó para el trabajo con su esposa Mariana y su amigo Baltazar Neto (también son dos personas importantes en el aprendizaje sobre la vida y la espiritualidad).
En el próximo texto contaré cómo fue la experiencia de la terapia espiritual y todo el inicio de los trabajos con la mediumnidad. No pienses que ya vas a empezar haciendo mil y una cosas. Eres como un aprendiz padawan de Star Wars y vas poco a poco colocando tu energía en la sintonía correcta para iniciar los trabajos.
Gracias por la atención.
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