Home >
STUM WORLD
La guinda del pastel, amores y caminos
por WebMaster
Autor Wilson Francisco
[email protected]
Traducción de Teresa
[email protected]
¿Te has parado a pensar en cuántos grandes amores dejamos en otras vidas? Padre, madre, hijos. ¿Se perdieron en el tiempo y el espacio? ¡No! Siguen cada uno de ellos su camino, sin desligarse. Permanecen en tu atmósfera, unidos por el amor atemporal. En cada existencia encontramos antiguos y nuevos amores. La ciencia espiritual del Amor pide discernimiento. Dejar, compartir, desapegar. ¡Y estar juntos! Estuve en el Taller de Dios, de Patricia. Digo esto porque ella cose ropas estilizadas para eventos de Candomblé y otros. Y elabora todo ello en sintonía con el alma de los clientes y de los Orixás. Hemos charlado sobre amores, hijos y caminos. Resulta difícil mezclarte con esas criaturas sin perder tu identidad ni tampoco deshacer la de ellos. Inés, tres hijos, hoy “hombres hechos”, como se suele decir, participaba. Ella hace el seguimiento de sus vidas, amándolos como a pajarillos implumes, que aún no saben ni consiguen volar. Ella ha mejorado mucho, lo confieso. Ha crecido como madre y tiene hoy el valor de soltarlos, con amor. Patricia tiene a Isabela, una linda chavala, inteligente y decidida. Esa cualidad, para su madre, tiene otro nombre: terquedad (risas).
Y cuántas madres, que conviven con esos críos/jóvenes decididos. La misión de ser madre pide inteligencia y amor. Esos adorables seres que vosotras habéis engendrado, quieren ser amados, comprendidos, conducidos (no tanto). Gibran, el poeta del Líbano, dice: ¡los hijos son de Dios y vienen a través de vosotros! Poesía o realidad. Repito: mézclate con ellos, como la guinda que se pone dentro del pastel y va dándole sabor y proporcionándole porosidad, para que sea ligero y tierno.
Aparte de los hijos, hay otras criaturas, grandes amores, pequeños amores, en nuestra vida. Cada uno aporta una enseñanza, una realización. Es preciso discernir. Unos amigos, otros vecinos, conocidos de camino, del trabajo. Encuentros en accidentes, abandonos. Desencuentros naturales y necesarios, por muerte o elección de caminos propios. ¡Misterios de la vida! Dios es bueno, permitiéndonos todo ese conocimiento, y por la Ley de la Compasión y Misericordia nos da la gracia de posibilidades infinitas para rescatar oportunidades. ¿Cómo lidiar con los que se fueron, desligados por traiciones o incompatibilidades? ¡Noviazgos, matrimonios deshechos! No todo es absolutamente malo o bueno. Parafraseando a Humberto de Campos, digo: el ser humano en el mundo, es más frágil que perverso. Lo humano, en nosotros, obstruye e impide las manifestaciones de afecto del alma.
En la muerte, deshacemos las corazas, lloramos las pérdidas y abrimos el corazón. ¡El alma se libera y se manifiesta! Investigo la función de la glándula Timo y puedo decir que la activación de ese factor espiritual, la TIMO, localizada en el tórax, puede facilitar el desarrollo del carácter, en el niño y también en adultos, porque hay en esa glándula la “semilla” de la inocencia. Al tocar ese punto, despiertas esa cualidad espiritual, archivada en el Alma. Como expliqué en otro artículo, hay la “amnistía del olvido”, para que el Espíritu pueda convivir/compartir serenamente, con amigos/enemigos/maestros/súbditos, en su jornada aquí en el Planeta Azul.
Entonces, tú cuentas con muchos recursos, para desengrilletar a Espíritus que renacen con bloqueos o acobardados por actos delictivos de vidas pasadas. Los hijos, muy bueno tenerlos. Delicioso convivir con ellos. Acoge a esos seres que Dios ha destinado para vosotros. ¡Sentíos elegidas, madres! Y permitid, con amor e inteligencia, que los hijos vivan intensamente sus talentos, y orientadlos, con desapego y confianza, cuando esas aves sigan rumbos diferentes de los que anhela vuestro corazón.
En Tres Corazones, en un hospital de enfermos de Hansen, yo vi esta escena:
El autobús parado, una cría de pajarito surge en desgobernado vuelo. Fatalmente, por la fragilidad de sus alitas, no conseguiría alzar vuelo por sobre el vehículo. Me sentí aturdido, casi aterrado. De repente, desde un árbol cercano, la ave-madre se lanza en un vuelo rasante, por debajo de la avecilla, e impulsa con fuerza y cariño su cuerpo, lanzándola hacia arriba. Y ambos pasaron ilesos por sobre el autobús, soltando gorjeos de alegría. Y yo también me sentí volando de placer con la valentía extraordinaria de aquel pájaro.
En mi trabajo procuro indicar caminos y actitudes, para madres-aves, junto a sus crías implumes, a veces irresponsables. Adorables criaturas que Dios pone en sus regazos llenos de bendición.
WebMaster é o Apelido que identifica os artigos traduzidos dos Associados ao Clube STUM, bem como outros textos de conteúdo relevante.
Email:
[email protected]
Visit the author's website
© Copyright Somos Todos UM
Terms of Use