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La Sembradura del Pensamiento
por WebMaster
Autor Sinara Rodrigues
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Traducción de Teresa
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La naturaleza es tan bella y perfecta como el hombre. La vida se compone de ciclos y si somos observadores veremos que todo tiene una explicación. Presta atención a las estaciones del año, a los fenómenos que la madre tierra "expulsa" de sus entrañas. Para todo y en todo hay justificación.
Observa al labrador: primero elige lo que va a plantar, a continuación averigua la época más adecuada para la siembra; ara, prepara la tierra con todo cuidado, planta la mejor semilla, abona, riega la tierra. Día tras día espera a que la tierra haga germinar la preciosa semilla y después de algún tiempo admira y recoge el resultado de todo su trabajo.
En la existencia humana somos agricultores y hemos de tener cautela con la sembradura de nuestro pensamiento. Piensa en esto: ¿por qué hay tantas divergencias? Ora nos deparamos con fisonomías tristes, ora alegres, y otras muchas veces con semblantes afortunados o fracasados. ¿Te has fijado en que hay personas que llevan brillo en la mirada, sonrisas en los labios, plenitud del alma, aunque tengan problemas constantes? Ciertamente éstas han sabido plantar los buenos pensamientos.
Nuestra palabra tiene poder. Ella determina nuestros actos y emociones. Al igual que el agricultor, debemos cavar la tierra árida del corazón, elegir las mejores palabras y sembrarlas. Día tras día abonarlas con inspiración, emoción, afecto, energía positiva. Debemos crear el hábito de sentir estas palabras pulsando en el interior de nuestro ser, pues en un futuro próximo ellas van a germinar y entonces estaremos ante los propios frutos.
Aún en los días de hoy muchos culpan a los demás por sus resultados. Los resultados de cada cual son las propias elecciones de la sembradura. Recogemos lo que hemos plantado (esto es un hecho verdadero). Entonces, cautela al elegir las palabras y más aún los pensamientos y más aún las emociones que depositarás sobre ellos. Prudencia con los hábitos diarios. No debemos olvidar que ponto llegará la cosecha y ciertamente tendremos los frutos originados por la sembradura.
Sueña los sueños más preciosos y cultívalos en tu corazón con mucha fuerza, fe, determinación, inspiración. Preserva la esperanza. Libérate de las ataduras que te impiden desvendar lo mejor de ti. Recuerda siempre que en todo hay consecuencias. Tanto las palabras buenas como las palabras malas serán germinadas y enviadas al Universo. Siendo así, planta lo que sea bueno para tu alma, a fin de que mañana puedas cosechar la plenitud, la felicidad, sentirte increíblemente realizado.
Acuérdate siempre de ser completo en tus actitudes, de ser entero en tus acciones. Somos dueños de nuestro propio destino, a cada uno incumbe elegir lo mejor. Optemos por ser plenos y felices, ¡a fin de cuentas, lo merecemos!
Nuestra palabra tiene poder. Ella determina nuestros actos y emociones. Al igual que el agricultor, debemos cavar la tierra árida del corazón, elegir las mejores palabras y sembrarlas. Día tras día abonarlas con inspiración, emoción, afecto, energía positiva. Debemos crear el hábito de sentir estas palabras pulsando en el interior de nuestro ser, pues en un futuro próximo ellas van a germinar y entonces estaremos ante los propios frutos.
Aún en los días de hoy muchos culpan a los demás por sus resultados. Los resultados de cada cual son las propias elecciones de la sembradura. Recogemos lo que hemos plantado (esto es un hecho verdadero). Entonces, cautela al elegir las palabras y más aún los pensamientos y más aún las emociones que depositarás sobre ellos. Prudencia con los hábitos diarios. No debemos olvidar que ponto llegará la cosecha y ciertamente tendremos los frutos originados por la sembradura.
Sueña los sueños más preciosos y cultívalos en tu corazón con mucha fuerza, fe, determinación, inspiración. Preserva la esperanza. Libérate de las ataduras que te impiden desvendar lo mejor de ti. Recuerda siempre que en todo hay consecuencias. Tanto las palabras buenas como las palabras malas serán germinadas y enviadas al Universo. Siendo así, planta lo que sea bueno para tu alma, a fin de que mañana puedas cosechar la plenitud, la felicidad, sentirte increíblemente realizado.
Acuérdate siempre de ser completo en tus actitudes, de ser entero en tus acciones. Somos dueños de nuestro propio destino, a cada uno incumbe elegir lo mejor. Optemos por ser plenos y felices, ¡a fin de cuentas, lo merecemos!
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