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¿Los Animales tienen Karmas?
por WebMaster
Autora Paula Teshima
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Traducción de Teresa
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El Karma no es positivo ni negativo, es una energía neutra a que está sujeto cualquier ser presente aquí en la faz de la Tierra. Y, conforme a sus actos, se crean Karmas positivos o negativos.
Los animales no crean Karmas negativos porque ellos no son capaces de raciocinar como nosotros, no desean el mal a nadie y no sienten las diversas emociones negativas que nos traen tantos males.
El hombre vuelve a reencarnar en la Tierra en la tentativa de descargar los Karmas originados en el pasado. Desgraciadamente, muchas personas acaban saliendo de aquí más cargados de energías densas que cuando entraron. ¡Eso es una gran equivocación! Pues hemos recibido del Creador esa gran oportunidad de elevar nuestra conciencia, hacer el bien y retornar a nuestro verdadero hogar en escalas más elevadas.
Muchos imploran mucho para retornar a la Tierra, y luego olvidan lo que han acordado hacer al llegar aquí, viven una vida mediocre y llena de sufrimientos, desencarnan, se sienten avergonzadas y arrepentidas de las cosas que hicieron o dejaron de hacer.
Los animales vuelven a reencarnar en la Tierra llenos de Karmas o energías positivas. Siempre desean el bien, alegran los ambientes y a las personas y ayudan al ser humano en el proceso evolutivo. Son seres que han venido para endulzar nuestra vida entre tantas preocupaciones, miedos y estrés como tenemos en la actualidad.
Cualquier sufrimiento, dolor o desvío de conducta que veas en los animales, no son fuerzas de rescate del alma. En esos casos, si se trata de un animal salvaje, ellos necesitan pasar por esas situaciones adversas para que su alma pueda evolucionar, ya que todavía se encuentran en una fase inferior de la etapa evolutiva del reino animal. Y si es en un animal doméstico, se debe al adiestramiento inconsciente y/o a la convivencia con humanos inestables y llenos de emociones mal resueltas, que son transmitidas inconscientemente al animal. Como éste es bastante sensible, acaba absorbiendo y reproduciendo los patrones de comportamiento de los dueños.
Por tanto, el sufrimiento en los animales no está relacionado al Karma, sino a aprendizajes, experiencias y crecimientos necesarios del alma. Al revés que ellos, nosotros sufrimos las consecuencias de actos equivocados que hemos cometido en el pasado. Son actos y decisiones que nosotros mismos hemos elegido. Sin embargo, muchas personas no tienen conciencia para usar sabiamente del poder de elección, y toman decisiones impulsivas, egoístas y sin medir las consecuencias, para sí y para los demás. El secreto está en elevar la conciencia conectándonos con fuentes más sutiles, inspiradoras y edificantes.
Paula Teshima
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