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Médicos se rinden a terapias milenarias y orientales
por WebMaster
Autor "O UNIVERSO HOLISTICO" - UNIET E ABRATH -
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Traducción de Teresa
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Personas que padecen Trastorno de Estrés Postraumático /TEPT) tuvieron los síntomas significativamente reducidos gracias a un tratamiento que en los últimos años ha conquistado espacio en la medicina convencional: el toque de las manos aliado a imagen guiada. Fue lo que sucedió con los marines en los Estados Unidos. Ellos desarrollaron esos bloqueos psicológicos después de haber participado en las guerras de Afganistán e Irak.
Investigadores del Scripps Center for Integrative Medicine, de los Estados Unidos, descubrieron que la terapia de toque, combinada con relajamiento de visualización, llevó a una reducción clínica relevante en los cuadros de TEPT. El resultado fue tan positivo que permitió la vuelta de esos marines al servicio activo – el estudio fue publicado en la revista “Military Medicine”.
En entrevista a O TEMPO, la cardióloga americana Mimi Guarnieri, una de las autoras del proyecto, explicó que se habían hecho test durante dos años en una base de la Marina norteamericana en San Diego, California. En ese período participaron 123 personas, habiéndose formado dos grupos. En el primero, 55 recibieron únicamente terapia de toque. En el segundo, los otros 68 fueron tratados también con el relajamiento de imagen guiada. Dos veces por semana pasaban por sesiones de una hora.
Según la investigadora, todos los estudiados presentaban al menos uno de los síntomas de TEPT. Entre ellos, volver a experimentar el trauma por medio de analepsis, pesadillas, pensamientos intrusivos, respuestas emocionales exageradas al trauma, letargo emocional, insomnio, irritabilidad, respuesta de asalto exagerada o rechazo a personas o lugares que les recordasen el trauma.
La enfermera Rauni King, coautora del estudio, dijo al reportero que la mejoría de los que recibieron la combinación fue impactante. “Eso indica que la intervención, en realidad, reduce los síntomas abajo del umbral para el diagnóstico de TEPT, lo cual marca toda la diferencia para las personas del segundo grupo”, explicó.
La terapia de toque es un tratamiento no invasivo, basado en la energía, que restaura y equilibra el biocombustible humano para ayudar a reducir el dolor y promover la curación. Es frecuentemente empleado como complemento en operaciones quirúrgicas y otros procedimientos médicos para reducir del dolor, bajar la ansiedad y para relajación.
En cambio, la imagen guiada es una manera de servirse de la imaginación para ayudar a reducir el estrés, disminuir el dolor y mejorar el bienestar general por medio de la visualización.
Ambos procedimientos se encajan en la llamada “medicina integrativa”, que busca aliar a los tratamientos tradicionales procedimientos que trabajan con la conexión mente y cuerpo, inspirados especialmente en la medicina milenaria oriental. Entre las técnicas ofrecidas están el lian gong, tai chi chuan, yoga, reiki, acupuntura, homeopatía, medicina antroposófica y meditación, entre otras.
Según la cardióloga Mimi Guarnieri y la enfermera Rauni King, se estima que un 6% de la población mundial utiliza la medicina integrativa hoy, un porcentual que viene aumentando a lo largo de los años. Ellas han estado en Belo Horizonte para el Primer Encuentro Internacional de Medicina Integrativa, el pasado día 10.
Crecimiento.
En Brasil, la adhesión a ese encuadre más completo de la salud también ha venido creciendo de forma sustancial. En 2006 el Ministerio de la Salud implantó la Política Nacional de Prácticas Integrativas y Complementarias (PNPIC) y pasó a ofrecer 19 tipos de tratamiento en el Sistema Único de Salud (SUS). Una encuesta obtenida por el reportaje muestra que, entre 2008 y 2016, el número de asistencias vía SUS con esas técnicas subió un 670%, pasando de 271 mil a 2,1 millones. Se expandió asimismo el número de locales de tratamiento. Si en 2008 eran 967, hoy son al menos 5.514 hospitales o puestos de salud que vienen trabajando con la medicina integrativa en el país.
Según la médica Iracema Benevides, miembro del Consejo Regional de Medicina y profesora de la UFMG, el gran secreto de ese método es complementar los tratamientos convencionales, y no sustituirlos. “La medicina tradicional trata el cuerpo físico con sus medicamentos, exámenes y aparatos. En cambio la práctica integrativa toma en consideración el aspecto emocional y también el psicológico. Así se logra un tratamiento completo”, dice.
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