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¡Mi problema es que soy demasiado sincera!
por Rosana Braga
Traducción de Teresa
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¿Has oído a alguno justificando sus problemas de comunicación con esa afirmación? ¿Alguien que realmente cree que se puede dar un nombre “bonito” a un comportamiento disfuncional y que origina problemas constantemente?
¿Desde cuándo ser persona sincera es un problema? La sinceridad es una cualidad, es una característica altamente deseada en todas las personas. Por tanto, si tú vienes teniendo problemas de relación y andas apostando a que la causa es el exceso de sinceridad, trata de dar otro nombre a tu comportamiento y de comprender, de una vez por todas, ¡que tu problema no es ese!
Bruna me dijo eso en la primera sesión. A decir verdad, ella dijo “Rosana, soy demasiado transparente. Lo que yo siento se ve estampado en mi rostro. Y si algo me molesta, lo digo al momento, sin pensar. Suelo ser incluso agresiva y esto hace que tenga problemas de relación con mi familia, en el trabajo, ¡y principalmente con mi marido!”
¡Pues muy bien! ¿Cuál es realmente el problema de Bruna? ¿Ser sincera y transparente o ser agresiva y no saber expresarse con educación y en el momento oportuno? Porque está claro que, cuando alguien hace algo que nos molesta o deja de hacer lo que debería haber hecho, nos sentimos incomodados, airados e incluso enojados. Esto forma parte del paquete de ser gente.
Pero definitivamente no quedará todo bien si pierdes los estribos todo el tiempo. Si no eres capaz de lidiar con tus emociones. Si permites que ellas te invadan de tal forma que todo se desborda y deja de tener límites. Definitivamente, no, nada va a quedar bien si tu cólera llega como una avalancha y manda en tus actitudes, reacciones y palabras.
Por ser así, Bruna ya se enojó seriamente con su madre, ya terminó relaciones que no querría haber terminado, ya ofendió a personas a las que quería y ya tomó decisiones de las cuales se ha arrepentido amargamente. ¡Y la buena noticia es que ella ya no quiere ser así! Es consciente de que, por bonito que sea el nombre que da a su comportamiento, no le ha valido la pena proceder de esa manera. Ella quiere encontrar el equilibrio y saber expresarse.
¿Cómo? ¡Muy buena pregunta!
Cuando decidí escribir el libro "Quem Ama, Mostra"*, la idea era precisamente esa: aclarar que hay formas eficientes, equilibradas y altamente funcionales de expresarse, de demostrar lo que se siente y de hablar sobre lo que está incomodando. Hay maneras absolutamente más inteligentes de lidiar con sentimientos difíciles y de aprender a oír y a validar lo que el otro siente y muestra.
¿Y tú? Cuando sientes algo, especialmente inseguridad, miedo, tristeza, ira, celos ¿cómo lo muestras? ¿Cómo te expresas? ¿Con qué intensidad? ¿Con qué constancia? ¿Con qué seguridad? ¿Con qué consciencia? ¿Con qué intención? Por increíble que parezca, la mayoría de las personas siente una cosa y muestra otra. Por ejemplo, siente inseguridad y muestra desdén. Siente celos y muestra agresividad. Se siente enojado y se encierra, intentando simplemente no mostrar, no entrar en contacto con ese sentimiento considerado tan “feo”.
Y después toda esa gente no entiende por qué las relaciones van mal, por qué se sienten ansiosas, depresivas, cansadas, con gastritis, dolencias auto-inmunes, dolores por el cuerpo, irritabilidad, impaciencia y un vacío inexplicable dentro de sí. ¡Claro!!! Descuidan, distorsionan, reprimen o vomitan lo que sienten, sin elaborar, sin digerir, sin comprender, sin aprender con sus sentimientos. Sin, muchas veces, siquiera darse cuenta de que están sintiendo algo.
Viven como si fuesen un “cabezón ambulante”. Apuestan por la racionalidad y por el exceso de pensamientos como si fuesen sinónimos de inteligencia. Llaman burro al corazón. ¡Se llaman a sí mismas demasiado sinceras! ¿Cómo es eso?
Gente sincera e inteligente es la gente que pone el foco en la coherencia. Que aprende a identificar sus sentimientos. Que no tiene miedo de dar a cada uno de ellos su correcto nombre. Que no juzga lo que siente y sí lo que hace con lo que siente. Gente sincera intenta no mentir, sobre todo, a sí misma. Espera a que el cuerpo digiera la ira para solamente después mostrarla. Y la muestra con clareza, asumiendo lo que es suyo y explicando cómo le pareció la actitud del otro.
Y después, gente sincera e inteligente escucha lo que el otro tiene para decir. Y escucha de veras, intentando realmente comprender por qué él hizo lo que hizo. Y si forma sentido, la gente sincera propone una solución que sea razonable para los dos. Y se compromete, de verdad, a cumplir lo acordado. Y si no lo consiguiese, habla nuevamente, reajusta, vuelve a comenzar.
Porque, a fin de cuentas, gente sincera es gente. También comete errores, también se equivoca, también miente, por más que intente no hacerlo. Simplemente porque es gente. Y la gente es así. Vive en constante aprendizaje.
Y si así realmente es, entonces gente sincera es feliz y sabe que hay momentos en que sale bien y momentos en que no será posible. Con ciertas personas va a funcionar y con otras no va a funcionar. Y habrá día en que va a ser fácil, pero habrá día en que no lo será. Y es justamente en ese ritmo desigual que la vida se mantiene. Porque el día en que todo sea solamente una línea recta y constante, ella habrá terminado.
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Meu problema é que sou sincera demais!
Rosana Braga é Especialista em Relacionamento e Autoestima, Autora de 9 livros sobre o tema. Psicóloga e Coach. Busca através de seus artigos, ajudar pessoas a se sentirem verdadeiramente mais seguras e atraentes, além de mostrar que é possível viver relacionamentos maduros, saudáveis e prazerosos.
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