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Reconocer a los Psicópatas Sociales

por Silvia Malamud
Traducción de Teresa
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Por más perplejidad que pueda causar, al ser psíquicamente enfermizos y aunque no sea fácilmente detectado en ellos ese trastorno, como característica común a todos, los psicópatas sociales siempre que eligen a sus víctimas las conquistan con su desenvoltura dentro del arte de la seducción. Estas acciones, no obstante, sólo existen y tienen como única finalidad ejercer los obscuros objetivos que constan en su agenda personal.
Por no haber desarrollado empatía y compasión, hacen uso de las personas en general como si fuesen objetos de consumo. Para ello desarrollan infinitas habilidades, que empiezan en la etapa de la seducción, convenciendo y desgastando. Incluyen en sus menús sentimientos de culpa y otras miserias, también agresiones, veladas o no, dependiendo de las oportunidades surgidas por parte del otro y de los ambientes en que se mueven.
Poseen el arte de convencer a la mayoría y hábilmente manipulan para obtener ayuda en el propósito de alcanzar sus objetivos, ya sea en la escalada social, para lograr ventaja financiera o en bienes, o para satisfacer sus oscuros deseos. Para ellos los fines justifican los medios, no tienen el menor sentido moral, y aunque bien saben que la ley existe y es necesaria para la buena convivencia y la seguridad de todos, teatralizan fingiendo que la respetan.

Todo no es más que un juego de conquista, y de destrucción en casos más graves. En la secuencia de su falsa vida, nuevas conquistas y nuevos objetivos reaparecen como necesidad inconsciente de repetición de esa pauta de actuación. Increíblemente incluso pueden explicar y relatar qué es lo que los mueve, pero no tienen la real capacidad de entrar en contacto con lo más hondo de sus verdades.
Transitan por las vías de la vida como zombis, aun siendo especialistas en saber cómo funcionan los demás para poder utilizarlos. Las más de las veces el placer que sienten es de tipo sádico, son subproductos de sus territorios emocionales mal resueltos. Son lugares de su psiquismo que han permanecido literalmente intocables, donde jamás han osado entrar y que muy probablemente están tan disociados de ellos mismos, y ni siquiera sospechan que eso existe y es lo que los mueve. En esa especie de calabozo es donde se encuentra la no elaboración de vivencias y sentimientos que fueron muy difíciles de lidiar, como ira, miedos, humillaciones y otros, no habiendo posibilidad emocional de reparación interna o de elaboración.
En nombre de la sobrevivencia, las frustraciones y dolores insoportables se han ido arrojando dentro de territorios psíquicos inaccesibles. Son locales repletos de energía mal resuelta y que constantemente necesita ser drenada. De este modo, en la vida adulta principalmente, toda suerte de sentimientos y situaciones interiores mal vivenciadas, como si estuviesen almacenados en un dique constantemente inundado, van siendo vomitados en forma de actuación y en personas que viven fuera del mundo interior de esos psicópatas sociales.

Toda la agresividad acumulada necesita ser expurgada y esto se va produciendo de modo sistemático, porque ellos no tienen la capacidad de entrar en contacto consigo mismos para elaborar nada.
Para no enloquecer, se hacen locos de otra forma. Y en casos más graves, funcionan de modo aberrante como zombis de sí mismos, pudiendo llegar hasta el punto de matar a aquellos que han elegido como objetivo.
En acto delirante los psicópatas, asesinos silenciosos o no, en la vida adulta hacen uso de las demás personas como simbolismos y van realizando ciegamente lo que no han conseguido realizar por medio de fantasías internas e inconscientes. Otras veces, aún dentro de ese presupuesto, en sus acciones mundanas continúan expresando sus conquistas y poder, que también son simbolismos de situaciones internas que ellos ni siquiera imaginan cuáles son, debido a la disociación que tienen respecto de sí mismos.
En nombre de alcanzar sus metas, saben exactamente lo que se espera que digan y lo que conviene hacer en cualquier circunstancia. Viciosos de la mentira para conseguir sus objetivos, mienten con palabras y con el cuerpo, teatralizando lo que sea para crear situaciones donde puedan salir beneficiados.

Se hacen ora víctimas, ora sufridores, ora disgustados, interesados o lo que quiera que sea que les pueda beneficiar en ese momento. Tienen la mentira tan bien articulada dentro de sí mismos, que la utilizan como pasaporte para lograr cualquier cosa que quieran definir. Por no poseer cualquier sentido de la moral, el cielo es el límite para el nivel de crueldad que pueden ejercer. No les importa, no sienten vergüenza ni arrepentimiento por nada, incluso cuando están perjudicando a otros.
Y para terminar y facilitar un poco el distinguir entre un narcisista perverso clásico y un psicópata, la diferencia es que el primero abandonará el barco sin encontrar otra víctima o historia más interesante, y vienen con otras características que también los distinguen un poco, aunque no tanto. Para ellos lo que importa es lo que en ese momento significa su ideal máximo. Los psicópatas, a su vez, difícilmente abandonarán lo que han elegido como objetivo.
Permanece atento, estamos en pleno siglo XXI, en la era del narcisismo, y estos son aspectos máximos de enfermedad psicológica encontrados dentro de ese escenario.
¡Cuanto más despiertos, mejor!




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Silvia Malamud é colaboradora do Site desde 2000. Psicóloga Clínica, Terapias Breves, Terapeuta Certificada em EMDR pelo EMDR Institute/EUA e Terapeuta em Brainspotting - David Grand PhD/EUA.
Terapia de Abordagem direta a memórias do inconsciente.
Tel. (11) 99938.3142 - deixar recado.
Autora dos Livros: Sequestradores de almas - Guia de Sobrevivência e Projeto Secreto Universos

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