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Ser altamente sensible no es lo mismo que ser hipersensible
por WebMaster
Autora Rosalira Oliveira
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Traducción de Teresa
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Recientemente leí una entrevista de la Dra. Elaine Aron, en la cual ella intentaba esclarecer algunos equívocos relacionados con el tema de la alta sensibilidad. Esto me hizo pensar en una equivocación bastante común: la confusión entre la alta sensibilidad y a hipersensibilidad. El motivo está ligado a aquello que el sentido común entiende por "sensibilidad", que equivale a fragilidad. Así algunas personas tienden a pensar que una persona es "altamente sensible" cuando se comporta como una especie de "flor de invernadero", exigiendo un tratamiento especial todo el tiempo.
Esta es una concepción errónea de lo que viene a ser la alta sensibilidad, teniendo poco (o nada) que ver con la sensibilidad de procesamiento sensorial (SPS) - la realidad científica responsable por esa característica. En condiciones normales de temperatura y presión, una PAS no es una persona frágil que se "desmorona" ante cualquier problema. Y no es, tampoco, alguien propenso a hacer escenas dramáticas a cada momento.
Eso que denominamos "hipersensibilidad", se caracteriza por una extrema fragilidad y desequilibrio emocionales. En cambio, la alta sensibilidad es una predisposición biológica, vinculada al funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso central, no teniendo una relación automática con la cuestión de la resistencia emocional. Todos nosotros, seamos PAS o no, tenemos momentos de hipersensibilidad. Sin embargo, la hipersensibilidad emocional crónica está, de modo general, ligada a experiencias del pasado no superadas y a la falta de aprendizaje sobre la mejor manera de administrar sus emociones. Por tanto, pese a lo que puedas haber leído en otros lugares, alta sensibilidad e hipersensibilidad no son lo mismo, ni andan, necesariamente, juntas.
Un ejemplo hipotético puede ayudarnos a comprender mejor esa diferencia. Supón que estás en tu ambiente de trabajo: El hipersensible sería aquel colega que está siempre quejándose y viendo ofensas (reales o imaginarias) en la manera en como los demás se relacionan con él. En cambio, el colega altamente sensible sería aquel que procura a toda costa evitar conflictos y hace un gran esfuerzo para que la oficina sea un lugar tranquilo.
Para resumir la cuestión podemos esquematizar las diferencias entre ambos tipos, recordando siempre que estamos hablando de tendencias genéricas y no de personas y casos concretos. De esa manera, podemos decir que, de modo general, una persona hipersensible tiende a ser:
Insegura (con tendencia a ver ofensas y agresiones personales en comentarios y actitudes que no necesariamente presentan ese tenor),
Propensa a hacer uso de herramientas negativas, como chantaje emocional o agresión pasiva, como forma de lidiar con la propia inseguridad.
Se ofende con facilidad y tiene cierta tendencia a reaccionar de forma exagerada.
Presenta un bajo nivel de inteligencia emocional para lidiar con las demás personas y con los desafíos de lo cotidiano.
En cambio, la mayoría de las personas con alta sensibilidad, cuando equilibradas, tienden a:
Controlar bien sus emociones.
Evitar comportamientos impulsivos (pensar bastante antes de hacer)
Tener verdadera aversión a conflictos
Presentar un desarrollo innato de la inteligencia emocional y un alto nivel de empatía.
Tal como ocurre con cualquier otra predisposición, la alta sensibilidad por sí sola no determina el comportamiento de una persona. Es verdad que una persona altamente sensible posee una emocionalidad intensa y una gran empatía y esto puede ser una fuente de sufrimiento. No obstante, presta atención a la palabra que empleo "puede". Ser una PAS no condena a nadie a la fragilidad emocional. Somos tan capaces de desarrollar confianza en nosotros mismos y resiliencia emocional como las demás personas. La Biología es algo difícil de cambiar (y tampoco deberíamos hacerlo), pero aprender habilidades intelectuales y emocionales sí es posible.
La hipersensibilidad como riesgo
A pesar de esas diferencias hay un punto que debe ser bien comprendido: la hipersensibilidad representa un riesgo potencial para las personas altamente sensibles. Como he dicho antes, todos nosotros atravesamos momentos en que nos volvemos hipersensibles, reaccionando de forma exagerada frente a estímulos con los cuales normalmente seríamos capaces de convivir. Una de esas ocasiones es cuando estamos viviendo bajo fuerte y prolongado estrés.
Pues bien, siendo más predispuestas al estrés, las PAS presentan también una vulnerabilidad mayor a la hipersensibilidad. En el momento en que su organismo llega al punto en el cual el estrés supera su capacidad de regeneración, una persona altamente sensible se convierte en una persona hipersensible. Recuerda: el estrés es el enemigo número uno de una PAS. Bajo condiciones de estrés intenso y prolongado, las características asociadas a ese rasgo, que son perfectamente controlables cuando estamos equilibrados, pueden volverse incontrolables, convirtiéndose en un verdadero tormento.
El estrés nos vuelve extra-sensibles. Nuestros sentidos enloquecen y los olores, el ruido, el desorden y otros factores ambientales nos incomodan al extremo; nos volvemos impacientes y excesivamente emocionales: nos sentimos atacados por cualquier motivo y lo tomamos todo a pecho. Por fin, nos amohinamos y lloramos o protestamos todo el tiempo (o nos encerramos en prolongados silencios, que no son más que una forma de agresión pasiva).
Por tanto, controlar el nivel de estímulo, respetar nuestros límites y evitar el estrés por saturación son actitudes que pueden librarnos (y a las personas con quienes convivimos) de muchos disgustos.
Aprender a lidiar con el exceso de estímulos para prevenir la hipersensibilidad
Nunca es demasiado repetir: las PAS tienen un sistema nervioso altamente reactivo, que hace más difícil filtrar estímulos y más fácil quedar sobrecargado por el medio ambiente. Esto significa que una persona altamente sensible capta un mayor número de estímulos y lo hace de una manera más profunda. Esta es en sí misma una característica neutra. Experimentar las cosas más intensamente puede ser algo maravilloso, pero puede también conllevar bastante desgaste. Cuando no estamos atentos a nuestra capacidad de tolerar estímulos, somos presa de un exceso de saturación que abre la puerta al estrés crónico.
Reconozco que lidiar con esto no es una tarea fácil. Nuestro mundo está cada vez más acelerado, más lleno de multitudes, de ruidos más altos y de plazos más cortos. Incluso la presión parar estar constantemente conectado con las redes sociales, correo electrónico y mensajes de texto, puede ser muy dura para alguien que necesite una rutina más pacífica y tranquila. Pero tenemos que vivir en el mundo y no debemos usar nuestra sensibilidad como disculpa para ocultarnos a nosotros mismos y a nuestros talentos. En este camino un aviso importante: cuanto más evitamos los estímulos, más perturbadores tienden a hacerse. Como dice la Dra. Aron, la posibilidad de desgaste siempre estará presente en alguna medida, pues nuestra sensibilidad está siempre con nosotros. Desarrollar una nueva manera de convivir con eventos estresantes, preservando y respetando la propia sensibilidad, es parte integrante de nuestra responsabilidad para con nosotros mismos.
Las estrategias para esto pueden y deben variar. A fin de cuentas, cada uno de nosotros es único y cada situación de la vida también. En este momento, por cuenta del trabajo de entrenamiento y de este blog, estoy teniendo que lidiar con presiones y una carga de estímulos bastante mayor que aquella a que estaba acostumbrada. Y estoy atenta a eso. Lo importante es realmente estar atento a los propios límites y tratarse con cariño. Espero que este artículo te haya inspirado a cuidar mejor de ti y de tu sensibilidad. Si necesitases algunas ideas más para empezar a crear tus estrategias para lidiar con la alta sensibilidad en tu cotidiano, baja gratuitamente mi e-book.
"Dez Estratégias para Conviver com a Alta Sensibilidade"
En caso de estar interesado en el PAS, mi programa de entrenamiento para personas altamente sensibles, pincha aquí para recibir más informaciones.
Te deseo un feliz reconocimiento de tu sensibilidad y buenas prácticas de auto-cuidado.
¡Mucha paz!
Rosalira
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