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STUM WORLD
¿Será a energía del Apego?
por WebMaster
Autor Wilson Francisco
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Traducción de Teresa
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Organicé tiempo atrás un grupo con reuniones del estilo que me gusta. Experiencias de percepciones mentales/emocionales/espirituales. Por motivos personales he tenido que dejarlo.
Me considero persona desapegada, he venido siendo así desde que era joven.
Para sorpresa mía, en los tres primeros meses de mi alejamiento, siempre que oía decir: “Wilson, el sábado hay una reunión en la de Vera” yo sentía una cosa extraña en el pecho. Estuve observándome y haciendo procesos, claro, hasta que en el cuarto mes oí la noticia sin registrar ninguna emoción.
Y creedlo si queréis, una cliente que continuó participando en el grupo me dijo: Wilson, te extraño mucho, porque durante las tres últimas reuniones, la silla que ocupabas ha quedado siempre vacía.
¿Será que yo inconscientemente estoy allí sentado? ¡O será la energía del apego! ¿O bien el apego del grupo que me proyectaba, materializándome allí?
Soraya vivió algunos años con Mario. Ella dinámica, espirituosa, amiga de salir de fiesta; y él, tranquilo, sosegado. Ambos diferentes. Hasta que después de un viaje profesional y de un encuentro no muy profesional, ella se armó de valor y decidió, incluso antes de llegar al Brasil, que se iba a separar de él.
Todo estaba resuelto en su cabeza, sintiéndose todavía más animada porque la noche en que lo decidió tuvo un sueño extraño.
Dice: “Wilson, soñé que hacías un proceso horizontal sobre mi zona pélvica diciendo: ¡está hecho el corte!”
Pidió cita de inmediato para una consulta, en la cual le aclaré que ese proceso la desligaría en su cuerpo energético y facilitaría la decisión en el mental. Os aclaro que ese proceso lo hice de modo inconsciente. Me enteré cuando ella me lo contó.
Y un día después de hablar con Mario informándole de su decisión de marcharse de casa, ella me confidencia que siente un vacío enorme y llora mucho.
Apego es esa sensación mórbida que nos tiene rehenes y maltrata el corazón. Y quien afirma que no tiene apego corre el riesgo de equivocarse.
Le sugerí, ya anteviendo los resultados negativos de la separación, un proceso que ayuda mucho: decir con firmeza y con la voz del Alma: YO SOY UN SER DIVINO y APRUEBO TODO CUANTO HICE y ME PERDONO.
Así puedes, en breve tiempo, apear de tu espalda esa mochila del apego.
La vida es así: maravillosa, misteriosa. Vale la pena vivir. Date una oportunidad. Decide. Busca caminos nuevos. ¡Tu destino está en tus manos!
Observa el caso de esa cliente. Había marcado consulta. Como es mi costumbre, entro en sintonía con el alma de la persona. Y mira que cosa maravillosa le ocurrió:
“Buenas tardes, Wilson,
Voy a dejar la consulta para más adelante. Lo que has hecho por mí ya ha surtido efecto. Hoy me he despertado muy bien, llena de planes y entusiasmada.
Voy a apostar por mí y el destino dirá si un día volveré a estar con él o no.
Pido a Dios que me guíe en mis caminos y también a él, y que sea lo mejor para ambos, aunque no volvamos a estar juntos.
Tú eres mi mentor, amigo, consejero, y doy gracias a Dios por haber puesto a una persona tan iluminada como tú en mi camino.
¡Un fuerte abrazo!”
Yo también siento gratitud hacia las personas que me escriben. Las que piden cita y no vienen. Y las que vienen y se encuentran mejor. ¡Vosotros me ilumináis!
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