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Somos pura energía manifestada

por Graziella Marraccini

Traducción de Teresa
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¿Sabes tú definir lo que es energía? Veamos qué dice el diccionario Aulete: Capacidad, potencial (que tiene un sistema, un cuerpo, una sustancia) de realizar un trabajo. Y el Aurélio afirma que 'la masa de un cuerpo puede transformarse en energía y la energía en forma radiante puede transformarse en un corpúsculo con masa'. Por tanto, cuando nuestro espíritu se materializa en un cuerpo físico en la Tierra, comienza siendo pura energía radiante (me encantó lo de 'radiante') para formar nuestra masa corporal. La información sobre la forma en que nos materializaremos, por tanto, ya existe en el principio energético inicial. Y por consiguiente, cuando desencarnamos, nos volvemos pura energía, ¡para integrarnos nuevamente a la energía primordial radiante! Este razonamiento parece muy lógico, ¿verdad? Pero entonces, qué impide ese 'retorno a la energía radiante inicial'? ¿Por qué no nos 'desmaterializamos' tal como hizo Jesús?

A mi modo de ver, uno de los mayores obstáculos para que eso suceda es la 'basura' que acumulamos durante nuestra estancia aquí en la Tierra. La basura está representada por varias cosas, pero principalmente por deseos o sentimientos negativos y por hábitos nocivos. Toda esa negatividad acumulada es la mayor causa de nuestras enfermedades y al acumularse va a retardar nuestro retorno al estado de pureza inicial. La energía inicial es fuerza pura, como la del Sol que nos irradia, y sin esa fuerza no podemos funcionar. La medicina china, por ejemplo, explica que cada uno de nosotros nace con una energía inicial que nos es transmitida de manera hereditaria. Esa energía inicial, que puede ser identificada por la calidad, aspectos y posicionamiento del Sol en nuestro Mapa Natal y con el elemento Fuego, es determinante, pues representa la reserva natural necesaria para que nuestro cuerpo físico haga su trabajo a lo largo de la vida. Sin energía no hay voluntad. Sin energía lo que hay es la muerte física.

Por otra parte, hay otra energía necesaria para nuestro sustento: y es la que proviene de la respiración, o sea, del oxígeno que respiramos. Si vivimos en lugares de mucha contaminación, donde el oxígeno no es lo suficientemente limpio, perdemos buena parte de la carga de energía proveniente del Aire, y causamos un desequilibrio en el campo energético. Quienes viven en las grandes metrópolis como São Paulo saben bien de lo que estoy hablando. Percibimos también que la propia Tierra ya está empezando a enfermar por culpa de la contaminación del aire y de las aguas, y a causa de la carencia energética global la humanidad se enferma más, como consecuencia de ese desequilibrio en el ecosistema natural.

Otra fuente de energía necesaria para nuestra vida proviene de la alimentación, y esa es la energía de la Tierra. Esa energía proviene de la nutrición de nuestro cuerpo físico con proteínas, carbohidratos, vitaminas, sales minerales, etc. Somos lo que comemos, dicen los médicos. Una alimentación sana y variada con alimentos libres de pesticidas proporcionará ciertamente la mejor energía de la Tierra, para que tengamos mejor salud.

Por último, tenemos la energía del Agua, que hidrata y promueve el transporte de las otras energías, siendo también responsable por la limpieza de los órganos de nuestro cuerpo físico.

Sabemos de la importancia de este elemento, sin el cual nuestra vida no sería posible en nuestro planeta. Pero el agua de que nos servimos está contaminada, y luego es tratada con productos químicos que alteran su Ph natural. Por consiguiente, ella no nos proporciona la energía que necesitamos; además, en astrología el elemento Agua se relaciona con los sentimientos y con las emociones, y cuando sufrimos quebrantos emocionales, se desequilibra ese elemento en nuestro organismo.

Cuando nos ponemos enfermos muchas veces oímos que nos dicen: “Tenías baja la energía, por eso has enfermado”. ¿Sabiduría popular? Sí. Pura verdad. Cuando no conseguimos mantener los cuatro elementos en equilibrio perfecto acabamos poniéndonos enfermos.

Entonces, podemos concluir que si hemos recibido una buena carga hereditaria, comemos bien, bebemos agua suficiente y nos ejercitamos lo bastante, tendremos una vida larga y sana ¿cierto? Pues bien, no es tan fácil esa cuenta, porque lo que contamina más nuestro cuerpo es nuestra negatividad, o sea ¡nuestros pensamientos! La 'basura' que arrastramos por la vida contaminando nuestro campo energético proviene de nuestros pensamientos. Emociones y pensamientos negativos impiden asimismo nuestro camino de vuelta para integrar la energía pura del Todo. La Séptima Ley Hermética, llamada Ley de Causa y Efecto, es la Ley del Retorno. Si reconocemos que toda la energía negativa generada por nuestros pensamientos y sentimientos negativos volverá a nosotros en forma de negatividad, podremos empezar a transmutar todos los sentimientos negativos y así recuperar (restaurar) nuestro campo energético.

Por ejemplo: una persona con exceso de Fuego, pero con carencia de Tierra, tendrá mucha energía para gastar en ideas, pero poca capacidad para realizarlas. Ese exceso, al causar un desequilibrio energético, podrá también traducirse en alguna patología como por ejemplo, una tensión arterial elevada. Por otra parte, una persona con exceso de Agua tendrá una inestabilidad psíquica y emocional muy acentuada y si además tiene carencia de Aire, tendrá mucha emotividad y poca racionalidad. Las patologías de esta persona se harán notar más en lo digestivo o congestivo.

Como astróloga y haciendo uso de la rama de la Astrología llamada Astromedicina, puedo hacer un diagnóstico sobre el mapa astral natal de una persona e indicarle una terapia adecuada para el restablecimiento del campo energético desgastado o bloqueado por hábitos alimentarios, actitudes y pensamientos y, principalmente, por emociones negativas.

Las terapias florales, homeopáticas, las técnicas como la EFT* y la Mesa Radiónica pueden ser empleadas en conjunto, de forma a promover el proceso de sanación, para cuyo éxito se necesitará también la voluntad y la constancia de la persona. ¡La voluntad también es energía y si no pones energía en lo que haces no lograrás alcanzar tus objetivos!

Concluimos, por tanto, que las carencias o desequilibrios físicos y mentales pueden ser corregidos si al menos tomamos conocimiento de ellos y tenemos la voluntad de corregirlos ¿no es cierto? A fin de cuentas, difícilmente nacemos con todos esos elementos en perfecta armonía y tenemos la felicidad de vivir en ambientes armónicos, ¿verdad?

Entonces, vamos a sustituir la polaridad negativa por una positiva y recuperaremos el campo energético, promoviendo la curación de nuestro cuerpo físico y mental y viviendo entonces más integrados con el mundo a nuestro alrededor.

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São Paulo, Mayo de 2018



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Graziella Marraccini é astróloga, taróloga, cabalista e estudiosa de ciências ocultas e dirige a Sirius Astrology. Conheça meus serviços on-line
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