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¡Tres hábitos que tienes que eliminar ahora si deseas ser feliz en el amor!

por Rosana Braga
¿Ya has tenido la sensación de que algunos enredos desastrosos se repiten en tu vida amorosa?
¿Quieres algunos ejemplos de lo que puede ser eso?
¿Te vuelves diferente, insegura y controladora en cuanto te interesas por la persona y eso hace que todo se estropee? ¿Eres traicionada cuando menos lo esperas? ¿No consigues afianzar una relación seria? ¿Vives entrando en relaciones donde te sientes faltada al respeto, no reconocida y poco valorada?

¿Cuál es la historia que se repite en tu vida y que ya no soportas más?
La buena noticia es que esa repetición es una oportunidad maravillosa e imperdible para identificar qué es lo que estás necesitando aprender sobre ti misma y cambiar. Sí, porque primero tienes que identificar cuál es tu parte en esta dinámica que no está funcionando. Y entonces procurar aprender cómo hacerlo diferentemente para poder proceder de otro modo, ¡cambiar efectivamente!
O sea, si insistes en creer que tu vida amorosa no sucede tal como te gustaría por culpa del otro, del mundo o de las personas, te será bastante complicado cambiar alguna cosa y hacer que suceda tal como tú deseas. A fin de cuentas, tú no controlas al otro, al mundo o a las personas, pero puedes modificarte a ti misma, puedes trabajarte para hacerlo diferentemente. Puedes asumir la dirección de tu película, de tu historia.

Pero ¿cuáles son los hábitos peligrosos para la felicidad en el amor? ¿Qué es lo que más complica y estropea las relaciones? Hay algunos tan desastrosos que merecen ser conocidos lo bastante para que no vuelvas a caer en esa repetición, en esa trampa en la que vienes cayendo muchas más veces de lo que te apetecería.
¡Conoce ahora los tres hábitos que tienes que eliminar de una vez por todas si deseas ser feliz en el amor!

1- ¡Prisa por tener una relación!
¿Deseas vivir un amor estupendo?¡Muy bien! No hay nada malo en eso. ¡Al revés! Hay muchas mujeres que viven repitiendo a las amigas que no necesitan de un hombre para nada, que son felices solas, que están cansadas de llevar chascos y blablablá. Vale también estar soltera. Por cierto, de vez en cuando, no hay nada mejor. Pero asumir tu deseo de ser feliz en el campo afectivo es signo de madurez y autoconocimiento. El problema es cuando ese deseo se convierte prácticamente en una obsesión. Tú quieres tanto que pierdes la referencia de lo que realmente quieres. Quieres tanto que entras en una de "cualquier cosa sirve, con tal de que yo tenga a alguien". Sé que decirlo así parece una exageración, pero observa. Presta mucha atención a ti misma y a las últimas relaciones que has estado viviendo (o intentando vivir). ¿Tienes la impresión de que, tras cierto tiempo, se ve claro que has elegido mal, que te has equivocado en la percepción que tenías del otro? ¿Sientes que te das mal, que eres maltratada, traicionada, abandonada o que te hacen de tonta? Entonces, ciertamente tienes demasiada prisa en encontrar a tal "persona cierta". Querida ¡relaja! Sigue el flujo. Deja que las cosas sucedan. No es porque hayas conocido a alguien hoy que esa persona tiene que encajarse a toda costa. El mundo no se acaba mañana e incluso si ya te consideras "demasiado vieja" para estar soltera, no ser madre o continuar estando sola, no es tu prisa lo que va a resolver esas creencias limitantes o esa ansiedad tuya de tener alguien a quien llamar "tuyo". Cuanta más prisa tengas, más te equivocarás al elegir. Menos coherentes serán tus comportamientos. Y más y más ansiosa te sentirás.

2- ¡Ansiedad por saber lo que hay entre vosotros!
Al fin has conocido a alguien interesante. Empezáis a conoceros, os encontráis algunas veces, buen rollo en aquella química y todo parece perfecto. Los días van pasando y empiezas a preguntarte de qué modo presentarlo a tus amigas, cómo vas a referirte a él. Vosotros ¿qué sois, amigos, simplemente quedáis para salir, o sois novios? ¿Qué es lo que él pretende? ¿Querrá compromiso o lo único que desea es divertirse mientras tú des lugar a ello? ¿Y si él no te asumiese? ¡Listo! Tú te sientes consumida por los pensamientos, por las preguntas, por la inseguridad, por la dichosa prisa por definir las cosas. No digo que tengas que estar viviendo un affaire 6 meses sin preguntar de qué se trata. Pero tú sabes que no sólo de palabras se hace la comunicación. Tú sientes, percibes lo que él quiere con su comportamiento, la constancia y consistencia de la presencia. A menudo ni siquiera es necesario hacer preguntas para entender lo que está pasando, con qué ritmo y con qué intención. Entonces, de nuevo: querida, ¡relaja! Sigue el flujo. Deja que las cosas sucedan. Y sólo cuando realmente estés segura de que quieres intentar hacer que esta historia valga la pena es hora de tomar posición. De decir lo que tú quieres. Y entonces has de estar preparada para la segunda posibilidad, la de que el no quiera nada serio, no esté a punto para un compromiso, o incluso asumir que te aprecia, pero no lo bastante para ser pareja. En este caso, será hora de romper. De darte valor, ser coherente con lo que tú deseas y admitir que él no es el tipo. Hora de seguir adelante sin miedo a sufrir de nuevo, que es el tercer hábito desastroso.

3- Miedo a sufrir de nuevo.
Hay mucha gente que sufre por miedo a sufrir. Que estropea buenas oportunidades de darse bien en el amor por miedo a darse mal de nuevo. Arrastra una maleta llena de malos recuerdos de relaciones anteriores. Vive a la defensiva. Se siente víctima de los hombres y del amor. Cree, allá en lo más hondo, que difícilmente va a salir bien. Y, obviamente, sufre de nuevo. Desconfianza, acusaciones, cobranzas, inseguridad, celos y de nuevo aquella sensación de que todo va a quedar en nada, ¡y así sucede de veras! ¡Claro! Si vives con el miedo a sufrir de nuevo es porque no te has desapegado del pasado. Porque aún estás en él, sufriendo por lo que sucedió, por lo que no sucedió y, sobre todo, presa a algo que simplemente ya no existe. Mejor dicho, sí existe, pero sólo en tu cabeza, contaminando tu relación de ahora ¡o incluso la mera posibilidad de un nuevo amor! El sufrir forma parte! No existe vida sin dolor. Viene en el lote. Si vives evitando el dolor, vives evitando la vida. ¡Deja eso! En vez de evitar el dolor, enfócate en fortalecerte, en convertirte en una mujer poderosa y que sabe lidiar con las propias emociones. Así, a todo sufrimiento puede darse nuevo significado, y convertirlo en aprendizaje, historia, experiencia. Todo lo que es vivido hace que tú seas tú. Y eso puede ser lindo o desastroso. Tú eres quien decide.
¡Tiene todo que ver con tu idea de merecimiento! ¡Tienes que sentirte merecedora de vivir un amor de persona mayor para entonces abrir espacio real para vivir uno!



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Rosana Braga é Especialista em Relacionamento e Autoestima, Autora de 9 livros sobre o tema. Psicóloga e Coach. Busca através de seus artigos, ajudar pessoas a se sentirem verdadeiramente mais seguras e atraentes, além de mostrar que é possível viver relacionamentos maduros, saudáveis e prazerosos.
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