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STUM WORLD
UN AUXILIO INESPERADO
por WebMaster
Autor Baltazar Neto
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Traducción de Teresa
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Haca unos dos años, durante una reunión espiritualista en la que participo los sábados, sucedió un caso, durante un tratamiento, que hasta entonces nunca había presenciado o siquiera tenido conocimiento.
Considero importante relatar acontecimientos de ese tipo, para que podamos percibir cuán primordial es que tengamos la mente siempre abierta y libre de prejuicios.
La sala estaba llena de personas en espera de tratamiento. Como de costumbre en nuestro trabajo, disponemos una silla en el centro de una rueda formada tanto por las personas que van a ser atendidas como por los médiums de la casa.
Tras los preparativos y la plegaria inicial llamamos a una persona de cada vez para ocupar ese asiento, y cuando la persona asistida se acomoda en la silla, un médium es designado para atenderla. Ese trabajador es siempre elegido por la espiritualidad por su afinidad energética con la Egrégora de la persona. Durante el tratamiento, tiene la libertad de llamar a cualquier persona del círculo para que le preste auxilio.
La primera asistida fue una mujer aparentando unos 30 años, que nunca había estado allí antes y estaba temerosa por lo que podía suceder cuando se sentase en la silla. Yo fui el médium elegido para ese tratamiento.
Por intuición percibí que tenía que situarme a su espalda, empecé a conectarme con su energía y la de los mentores para ver qué saldría de esa conexión. Lo que la había traído a nuestro trabajo fue la queja de mucho cansancio y que nada aparentemente parecía salir bien en su vida, ni en el lado personal ni mucho menos en el profesional.
Según me fui conectando, pude percibir una energía más densa que iba adueñándose de su campo energético, e identifiqué que una criatura la acompañaba.
Recibí de mis mentores que yo tendría que hacer un contacto con ese espíritu, una captación o incorporación, como lo llaman algunos. Advertí al grupo para que estuviesen en alerta caso la situación necesitase de algún apoyo.
La criatura se acercaba y empecé a percibirla más nítidamente por la clarividencia. Era un espíritu dantesco, todo su cuerpo se hallaba en carne viva, andaba sobre dos piernas, pero no recordaba a un ser humano, parecía una larva, con ojos negros como de insecto y sus manos recordaban garras.
Di comienzo al contacto; la sensación era pésima, físicamente el cuerpo se contorcía, el malestar era general. Durante la captación consigo establecer un enlace mental con el Espíritu; entonces soy capaz de saber qué es lo que él piensa y de ver lo que él ve. Al mismo tiempo, él consigue hacer lo mismo conmigo. Lo cual facilita mucho la comunicación mental.
Cuando me conecté mentalmente con la criatura, algo diferente sucedió. Contrariamente a mi pensamiento inicial, no había sentimiento de maldad, enojo, odio o rencor. Al revés, había cariño, entremezclado de dolor y culpa.
Empezamos a conversar mentalmente; intenté descubrir algo más profundo sobre aquella criatura.
Su estado energético impedía una conversación más clara; yo tenía que traducir los sentimientos que ella emanaba según yo iba lanzando las imágenes en su mente.
La criatura me transmitió que apreciaba mucho a la mujer asistida, y necesitaba ayudarla como fuese.
Enseguida pensé:
- Debe haberla perjudicado en alguna existencia, se ha arrepentido y ha venido aquí a remediarlo.
Pensamiento ese que prontamente originó una respuesta de negación proveniente de la criatura.
Le dimos paso, a fin de cuentas, si quiere ayudar todos son bienvenidos.
Cuando la criatura posicionó sus manos sobre la asistida para empezar a irradiar las energías, ella se paralizó. (¿Se paralizó la mujer o la criatura?).
Se detuvo y se paró a mirar durante algunos minutos sus propias manos deformadas; fue entonces cuando ocurrió lo inesperado. El Espíritu se puso a llorar, ya que por primera vez después de mucho tiempo se apercibió de mirar su propio cuerpo.
Como yo aún estaba en conexión, pude, no sólo ver lo que la criatura veía, sino además sentir su confusión y tristeza mental por encontrarse en aquella situación.
La agonía empezó a consumirlo tanto que se deshizo la conexión; el Espíritu salió corriendo atravesando la pared. Momento en que pude percibir un equipo de socorristas dispuestos para auxiliarlo.
En ese instante, a través de una conexión mental con uno de los mentores que coordinaban el trabajo, me fue aclarada la situación.
Aquella criatura deformada, en realidad era la abuela muy querida por la nieta; ambas mantenían una conexión que fue más allá de la vida material. La abuela, a través de esa conexión y con el propósito de auxiliar a la nieta, acabó conectada con ella por un sentimiento de apego y súper protección.
A lo largo de los años, al lado de la nieta e intentando en vano comunicarse, los sentimientos fueron convirtiéndose en remordimiento, sensación de impotencia, tristeza. Sentimientos esos que acabaron por prenderla en un ciclo vicioso, deformando su periespíritu en una apariencia como de animal.
Cuanto más esa energía consumía a la abuela, era también transmitida a la nieta, con quien mantenía una conexión directa, imposibilitando a ambas de seguir cada una su camino.
Los socorristas ya habían intentado innumerables veces hacer el rescate del espíritu de la abuela, pero ella misma imposibilitaba esa ayuda al mantenerse en un patrón bajo de pensamiento.
Fue a través de ese contacto con el médium como ella pudo romper ese patrón que la mantenía prisionera y cobrar conciencia de su propia situación; a veces basta tan sólo un contacto rápido para salir del trance.
Tras ese tratamiento, ambas tuvieron una oportunidad para recomenzar y para nutrir sentimientos saludables la una por la otra.
La abuela empezaría un proceso intenso de cura en un hospital en el astral con un equipo de médicos; a su vez, la nieta empezaría a reestructurar sus patrones de pensamientos y a modificar su vida de encarnada.
Para mi quedó otra bella experiencia repleta de enseñanzas, pues una parte de la historia de la abuela permanecerá siempre en mi recuerdo, adquirido en esos breves momentos del tratamiento.
Gratitud siempre por las maravillosas oportunidades.
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