Corregir el rumbo y ejercer el libre albedrío
por Graziella Marraccini em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:34:56
Traducción de Teresa - [email protected]
¿Existe el libre albedrío? ¿Se puede cambiar el destino? ¿Comandan las estrellas nuestra vida? ¿Está nuestro destino escrito de antemano? ¿Qué podemos hacer para cumplir nuestra misión y corregir los fallos del pasado?
Estas y otras muchas preguntas las repiten hasta la saciedad en mi consulta los clientes (¿o pacientes?) que acuden a mí para una orientación astrológica. Por lo regular, en una primera consulta, suelo hacer un análisis más completo, una especie de 'lote' que incluye en mi orientación no solo los rasgos principales del mapa natal de la persona, sino además la indicación de las influencias astrológicas que estarán en su camino en los próximos meses y asimismo en los años venideros. Podemos examinar el mapa con la visión de la astrología convencional, que afirma que nuestro carácter estará determinado por la posición de los planetas y estrellas en el momento del nacimiento. Esta astrología es bastante determinista. Pese a ello, la astrología cabalística afirma que las decisiones sobre ir por este o por aquel camino están en nuestras manos. Tenemos libre albedrío. ¡Como decía C.G.Jung: 'Libre albedrío es hacer bien lo que es nuestra obligación hacer'! ¡Yo eliminaría el 'nuestra obligación' y lo sustituiría por 'nuestra elección'!
Hemos de convenir en que nuestras elecciones están determinadas por algunos factores básicos, es decir, por nuestro carácter y nuestra forma de pensar y de proceder. Asimismo, de entrada hemos de aceptar que el espíritu elige el momento astral adecuado para su desarrollo y siendo así, concluir que nuestras decisiones del pasado determinan el punto de partida de nuestra andadura actual. ¡Del mismo modo llegamos a la conclusión de que las decisiones que adoptamos hoy determinarán nuestras andaduras en el futuro!
Los cabalistas afirman que desde el inicio de los tiempos hemos tenido que elegir. Consideran que la humanidad (el Hombre Adán Kadmon, que vivía en el Paraíso) optó por alejarse de la Luz por su deseo de aprender a ser él mismo un 'creador de Luz'. De hecho, en el principio, el Hombre solo recibía Luz, y se sentía colmado y realizado. Pero al recibir la Luz, también recibió el 'deseo de crear Luz' y un buen día decidió ser dueño de su propio destino y separarse de la Luz inicial. Este fue el primer acto de 'libre albedrío' del Hombre. Y esta actitud le obligará, encarnación tras encarnación, a compartir la Luz con los demás hombres.
Adán decía: "¡Si soy igual al Creador, también puedo ser creador de Luz!" y, entonces, se hizo responsable de su propio destino. Ciertamente nuestro espíritu, al encarnarse, necesita recorrer un largo camino para merecer regresar 'al seno del Padre', a la Luz Infinita primordial. Y a lo largo de las encarnaciones, ese espíritu tendrá necesidad de un cuerpo físico y tendrá particularidades y circunstancias que superar. ¡Elegirá bien o mal, y no siempre dará con el camino de regreso! La secuencia de las encarnaciones resulta del 'mundo de los deseos', situado y representado por la Luna que en la Cábala se relaciona con la Sefiroth de Yesod, la número 9. (Léase más acera de la Cábala y el Árbol de la Vida en mi Web personal).
Por eso, cuando hacemos un análisis cabalístico del mapa natal, (un análisis más espiritualizado y menos mundano) podemos identificar mejor cuáles serán los puntos principales de nuestra andadura y además identificar nuestro equipaje actual, nuestros obstáculos. Con este conocimiento será más fácil tomar decisiones.
Siempre acostumbro a comparar nuestra jornada en la Tierra a un 'paseo' del espíritu en un carruaje. El espíritu es el pasajero del carruaje (cuerpo), el cual le es prestado por los padres para proporcionarle el ADN físico. Este ADN físico viene identificado principalmente por el signo Ascendente y por los planetas que en él se encuentran. El carruaje puede ser el adecuado - o no - para ese espíritu (identificación solar), pero con él deberá integrarse y recorrer su camino. Entonces, el espíritu/Sol entrega un itinerario al conductor/Luna, el cual cuidará del carruaje e igualmente de los caballos, que lo llevarán rumbo a su meta final. El espíritu/Sol conoce el recorrido y también sabe cuáles serán los obstáculos con que habrá de enfrentarse a lo largo del camino. Sin embargo, a menudo 'dormita' y deja que el conductor/Luna siga su ruta sin interferencias. Así, es posible que el conductor/Luna equivoque el camino, se pierda, vaya por senderos inadecuados, y puede que al fin se rinda a los condicionamientos y necesidades de los caballos (instintos), o que rompa una rueda del carruaje/ASC haciéndole sucumbir, al llevarlo por caminos inadecuados. Con todo, hemos de aceptar que los obstáculos están en nuestro camino para hacernos evolucionar, para enseñarnos algo que nuestro espíritu necesita. ¿No es esto lo que predican todas las filosofías espiritualistas? Pero ¿cómo hemos de enfrentar los obstáculos si vamos 'dormitando'?
¡Apreciado lector, si la astrología convencional te dice que 'eres víctima de tu destino', no lo creas! Las estrellas no determinan nuestro destino, simplemente indican el camino que se debe seguir. Al fin y al cabo, un buen marino debe conocer el camino de las estrellas para no perderse en el mar, ¿no es cierto? Si vamos rumbo al Sur, buscaremos la Cruz del Sur, si estamos en el hemisferio norte, buscaremos la Estrella Polar, y así con ayuda de las otras constelaciones, nos guiaremos hacia nuestro destino. Dios ha puesto el cielo sobre nuestra cabeza para escribir mensajes, dicen los sabios. La astrología lee e interpreta esos mensajes.
La astrología cabalística, en particular, posee una herramienta (entre otras) muy poderosa para ayudarte a encontrar 'tu rumbo'. En el Mapa Natal hay dos Nodos Lunares, el Nodo Sur y el Nodo Norte, que los cabalistas llaman Tikkun. Los Nodos son dos polos diametralmente opuestos, también llamados Cola del Dragón (Sur) y (Cabeza del Dragón) Norte. Los Nodos no son algo tangible, pues no tienen masa física. Son simplemente puntos de intersección entre dos órbitas: la del Sol con la Tierra y la de la Tierra con la Luna. Considerando que la Luna es el indicador del pasado (de ahí su identificación astrológica con el ambiente familiar) y el Sol es el indicador del Futuro, (de ahí su identificación con el Yo Interior, o Espíritu), los nudos son indicadores del destino. Los dos Nodos tienen en general un movimiento retrogrado, pero a veces también pueden tener movimiento directo.La palabra 'Tikkun' en arameo quiere decir 'corrección'. ¿Podríamos entonces interpretar que el Tikkun de nuestro mapa nos indica cuál es el 'punto de corrección' de rumbo en esta encarnación? Si tenemos oportunidad de corregir nuestro rumbo, entonces esto significa que tenemos libre albedrío, ¿no? ¡Es verdad, pero dentro de ciertos límites impuestos por nuestras elecciones del pasado! Al comprender el significado de nuestro 'Tikkun' personal, sabremos principalmente:
- identificar nuestras debilidades y errores del pasado;
- reconocer el equipaje que hemos traído de las encarnaciones pasadas;
- evitar los bloqueos y desvíos que retrasan nuestro progreso hacia la Luz;
- superar nuestros miedos internos;
- identificarnos más con nuestro Sol, en su concepto más espiritual y profundo.
El cabalista Rav E. P. Berg escribe en su libro Kabbalistic Astrology: Piensa en una nave interestelar que va camino de una estrella distante. A bordo lleva un ordenador que mantiene el cohete en su curso. A lo largo de la ruta, el cohete pasa por planetas o estrellas que ejercen fuerza gravitatoria sobre él y pueden desviarlo de su ruta, pero el ordenador mantiene el rumbo trazado inicialmente, haciendo eventuales correcciones de ruta, cuando se hace necesario. Imagina entonces que nosotros somos este cohete y tenemos un poderoso ordenador de a bordo (nuestro Espíritu), en que los planetas y estrellas funcionan como hardware. El Tikkun funcionaría como el software que mantendrá nuestra vida individual en el rumbo correcto y hará útil el ordenador. El ordenador está representado, por tanto, por el 'momento astrológico del nacimiento', configurado principalmente por nuestro signo solar, por los aspectos planetarios que con su disposición indicarán cómo será nuestro cuerpo físico. Finalmente los Nodos Lunares serán el tikkun, el 'software' que usaremos para mantener nuestro cohete en el rumbo correcto. Sin el tikkun ciertamente el cohete equivocará el camino y no alcanzará el objetivo deseado: la Luz. Si tenemos en cuenta la información contenida en la posición de los Nodos Lunares, dentro del contexto de nuestro mapa natal, podremos hacer las debidas correcciones en nuestro comportamiento y mejorar nuestro desempeño para alcanzar la meta. La Luna, en astrología, se identifica con la madre y el ambiente familiar, es responsable de la psiquis, los recuerdos, emociones y sentimientos. La Luna, en la Cábala, expresa nuestro 'deseo de recibir', deseo ese que necesita expresarse no para nuestro beneficio, sino para el 'deseo de compartir la Luz'. ¡Si este deseo se vuelve egoísta, no lograremos avanzar en nuestra andadura y padeceremos, encarnación tras encarnación!
El Nodo Sur describe todo el equipaje que hemos traído de nuestras anteriores encarnaciones. Es como una 'caja de Pandora' en la cual guardamos nuestros talentos y habilidades, ¡pero también nuestros condicionamientos, debilidades y defectos!
El Nodo Norte describe el camino o la corrección que debemos hacer en la presente encarnación. Durante todo el tiempo, la posición (signo solar y casa astrológica) en que se encuentra, servirá de 'recordatorio' para que podamos llevar a cabo esas 'correcciones en nuestro rumbo'.
Los dos Nodos, interpretados en el contexto del mapa natal, pueden proporcionar la clave para la auto-realización. Aún hay tiempo para corregir nuestro rumbo, ya que no hay límites para el auto-conocimiento. No vayamos por la vida sin conocimiento, como un carruaje sin destino. No hay que esperar para lograr nuestra realización personal. Solo el auto-conocimiento puede liberarnos de los condicionamientos y errores del pasado.
Léase más sobre la Cábala en mi sitio web personal. ¡Deseo a todos una buena semana, de Luz, Amor y Armonía! São Paulo, 22 de marzo de 2011.
