Las Relaciones
por Simone Arrojo em STUM WORLDAtualizado em 16/01/2008 14:33:39
Traducción de Teresa - [email protected]
Todo Ser Humano se relaciona para vivir. La forma en cómo vivenciamos esas relaciones revela mucho acerca de lo que creemos.
La famosa frase: “Dime con quién andas y te diré quien eres” tiene su fundamento. No obstante prefiero considerar que la forma en que tú te relacionas con los demás demuestra exactamente el modo en cómo te tratas y te relacionas contigo mismo.
Hay personas que parecen ser unas víctimas del mundo. No se relacionan bien con los vecinos, ni con los parientes, hijos, compañeros de trabajo, y así sucesivamente.
Cuando tú evalúas la relación contigo mismo y cambias la manera de darte apoyo, automáticamente, las personas de tu entorno también te tratarán de forma más amorosa y educada.
Cuantas madres pegan a sus hijos con una agresividad que es reflejo de su propia rabia interna, pues muchas veces el motivo de la paliza ni siquiera fue tan grave. Ella exterioriza su frustración de forma inconsciente, pues al estar agrediéndose internamente acaba por suscitar relaciones agresivas.
Las personas que se sienten víctimas de la vida, se agencian verdugos con los cuales relacionarse. Los padres que viven la vida de sus hijos, convierten la relación en insostenible, puesto que están huyendo de vivir su propia vida.
Estos ejemplos citados son tan sólo algunos de los reflejos de nuestra constante falta de apoyo propio, de nuestra agresión para con nosotros mismos, de la exigencia de perfeccionismo que nos hacemos diariamente para ser aprobados por los demás.
Nos colocamos nuestra máscara, considerando que así seremos aceptados por la sociedad en la cual convivimos y no percibimos cuánto nos estamos violentando al demostrar ser aquello que en realidad no somos.
¿Has notado ya que cuando la persona es espontánea se hace más simpática, amena para conversar y agradable? ¿Has notado que esas personas son aceptadas en el medio en que viven, de acuerdo con lo que ellas realmente son?
Relacionarse es auto-conocerse. Es percibir que cada actitud tuya o cada respuesta en una charla informal añaden algo a tu evolución, puesto que te encuentras entero e íntegro. La vida se hace más real y más constructiva.
Ahora bien, cuando nos cerramos a la relación por el miedo de que el otro nos pueda ver tal como somos, hay dos factores que analizar: autoestima, auto-aceptación y orgullo.
Las personas que tienen baja autoestima no se aceptan tal como son, pues viven en una disputa interna de considerar que deberían ser de una forma y son de otra. No se aceptan, porque no aceptan tampoco el hecho de que somos todos diferentes y quieren colocarse en el estándar de la mayoría. Menos mal que no somos todos iguales, y VIVAN aquellos que asumen esta postura, pues son personas ricas que aportan mucho a la Humanidad.
Están además las personas orgullosas que, para demostrar siempre su perfección, se relacionan superficialmente, no permitiendo que nadie sepa mucho respecto de ellas.
Como he dicho anteriormente, las relaciones demuestran la forma en cómo te relacionas contigo mismo. Por tanto, es una excelente herramienta de análisis. Percibe si tus relaciones son superficiales, agresivas, por interés, o posesivas, y haz una analogía con tu forma de lidiar contigo mismo.
Comprende que relacionarse es intercambiar cariño, información, ayuda y, principalmente, es una forma de sentirse copartícipe y de contribuir a la evolución del mundo.
Ser sumiso es ser ausente. Ser sumiso es negar la responsabilidad que todos tenemos de discutir, en el buen sentido, y revolucionar conceptos siempre con el propósito de mejorar al ser humano.
Quien no se relaciona de forma íntegra no intercambia, no modifica y no acrecienta. Omisión es aceptación. Ya lo decía la canción: “Paz, sin voz, no es paz, es miedo”. Muchas veces, decimos estar en paz, o preferimos omitirnos, pues tenemos miedo.
No tengas miedo de ser lo que eres y, cuanto más verdadero seas contigo mismo, más relaciones verdaderas llegarás a atraer.
Desarrolla el arte de la relación...