Hablando del amor, con mucho amor
por Izabel Telles em STUM WORLDAtualizado em 13/09/2007 14:14:09
Traducción de Teresa - [email protected]
Este pasado fin de semana he recibido en mi casa a una amiga de Río de Janeiro que ha venido a participar del MedinEsp 2007 – un congreso inspirado en las prácticas espiritualistas. Me ha gustado su eslogan que dice 150 años en busca de la integración cuerpo-mente-espíritu. Una forma sutil de divulgar que los espíritas están, desde hace más de un siglo, investigando, actuando, formando a seres con visión holística. Es como si ellos estuviesen recordándonos a todos que ya están en este camino desde hace mucho tiempo.
El programa del congreso era bastante intenso. Mi amiga salía de casa a las siete de la mañana y regresaba sobre las nueve de la noche.
Con eso no hemos tenido mucho tiempo para matar las saudades y poner la conversación al día.
Pero el domingo, antes de que se marchase, hemos tomado un reposado desayuno y en ese momento hemos podido entonces abrir nuestros corazones.
Encontré a Lucia (Lucinha, como le llaman todos) en Nueva York, en el “The American Institute for Mental Imagery”. Fuimos compañeras de clase y ella, por puro obsequio, me ayudaba con las traducciones de mis lecturas de las imágenes con los pacientes de allá. Nuestra convivencia se fue haciendo más estrecha y próxima. Pero yo regresé al Brasil y ella continuó viviendo allí durante algunos años más.
Cuando regresó al Brasil me comunicó su nueva dirección y acabamos viéndonos por lo menos una vez al año, cuando voy a Río a atender a los cariocas y me alojo en su casa.
Confieso que el café estaba delicioso. Obra de arte de una panadería muy cercana a mi casa.
Después del primer trago, que sorbí con los ojos cerrados, le dije:
- Sabes Lucinha, no me acuerdo de haber sido abrazada por mi madre.
Y ella, serenamente, respondió:
- Ella fue la madre que habías elegido para perfeccionar tu experiencia en esta encarnación.
Noté mis ojos arrasados de lágrimas. Y continuó:
- Cuando decidimos reencarnar aceptamos nuestra tarea. Tú aceptaste o elegiste a tus padres, a tus hijos, y todo tu camino.
Mientras ella hablaba, yo me acordaba de mi mapa natal kármico, hecho por Maria Flávia de Monsaraz hace algunos años, en Lisboa, en el que decía que la cola del dragón de mi mapa estaba en el signo de Libra y la cabeza del dragón, en Aries.
Quise saber qué significaba eso. Y ella explicó:
- Tú vienes de experiencias de vida en que no conseguías permanecer sola. Vivías agarrada a tus relaciones, dependiente del afecto y del amor de las demás personas.
En esta vida has elegido ser libre de esos compromisos y avanzar hacia el mundo manifestando la independencia y la fuerza de tu yo.
Conté esto a Lucinha. Y entonces han sido sus ojos los que se pusieron húmedos.
Nuestros espíritus se abrazaron y nuestros cuerpos sintieron una profunda cercanía. Una inmensa paz. Juntando los tejidos de esta colcha de pequeños retazos todo forma sentido. Si esto es lo que he venido a hacer en esta vida, ¿cómo podría haber elegido a una madre que me cubriese de mimos y dependencias?
¿Los he echado de menos? Sí, he echado de menos ser acunada. El contacto físico siempre hace falta. Pero tal vez ella haya sido la primera entrenadora que elegí para robustecer mi resistencia a la soledad, a la distancia, proporcionándome la libertad de simplemente ser.
Espero, mi querida Lucinha, que hayas conseguido embarcar en medio del caos de nuestros aeropuertos, que hayas visto tu maravillosa ciudad desde lo alto, al lado de las nubes y de los ángeles y que las mejores imágenes de amor, belleza y armonía hayan acompañado tu camino de vuelta a tu casa.
Luz en vuestros corazones