Percepción
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 04/08/2008 15:28:11
Traducción de Teresa - [email protected]
¿Cómo percibes tú la realidad de tu vida? ¿Ella te parece siempre un encargo, una lucha o, por el contrario, miras la vida como un placer, una oportunidad rara de experimentación y aprendizaje?
La manera en cómo orientamos nuestra percepción respecto de esto marca toda la diferencia, pues, para aquél que sólo logra contemplar la existencia como un sacrificio permanente, donde los sentimientos de felicidad y de plenitud están siempre ausentes, la motivación para seguir viviendo se vuelve, de hecho, algo muy difícil de cultivar.
¿Cómo, entonces, transmutar este estado interior, aun cuando sigan presentes las dificultades y limitaciones? Realmente esta no es una tarea sencilla, pues hemos de desmontar la manera en cómo nuestra mente ha sido condicionada a percibir el mundo.
Para esto no hay más que una salida: orientarnos hacia nuestro propio interior y descubrir dentro de nosotros el guía que nos encaminará hacia un nuevo modo de encarar los acontecimientos. Nada cambiará externamente, o sea, los acontecimientos seguirán desencadenándose sin que podamos ejercer control sobre ellos.
Lo que marcará toda la diferencia es cómo pasaremos a lidiar con los eventos, y de qué manera ellos nos afectarán. Para esto no es necesario ningún esfuerzo grandioso o estrategia alguna de guerra. Basta apenas que pasemos a dar atención a nuestras reacciones internas, de modo que cambiemos inmediatamente de camino siempre que la negatividad, el pesimismo o la sensación de víctima intenten predominar.
Confiar en nuestra capacidad de lidiar con la realidad de modo más seguro y confiado es la clave para alcanzar un nuevo estado de percepción. Éste nos hará percibirnos a nosotros mismos y a la vida como un todo armonioso, en el cual cada acontecimiento es resultado directo de lo que hemos elegido, ya sea de modo individual o colectivo.
Si el desequilibrio y la infelicidad están presentes, a nosotros corresponderá, y solamente a nosotros, percibir dónde está el fallo, y por qué nos hemos desviado de nuestra fuente primordial, en la cual todo ya es exactamente tal como debe ser.
“Cumbres y valles
La evolución de la conciencia pasa por muchos altibajos. Muchas veces ella descenderá tan sólo para subir más alto que antes. Ella pasa a través de valles para alcanzar cumbres, y cada cumbre es tan sólo el inicio de una nueva peregrinación, porque una cumbre más alta está adelante. Pero para alcanzar la cumbre más elevada, tendrás que descender nuevamente. Una vez que hayas comprendido que esto es natural, todo el sufrimiento, todas las nubes simplemente se dispersarán.
Así, lo primero que hay que recordar es: nunca te preocupes cuando llegan los días de descender; mantén siempre tus ojos en las estrellas más distantes.
Los valles forman parte de las montañas. No se puede acabar con los valles y dejar tan sólo las montañas. Una vez hayas entendido esto profundamente, pasarás a través de los valles danzando y cantando, sabiendo perfectamente bien que hay una cumbre más alta que te espera.
Y no hay final para esa peregrinación. Tal como a cada día le sigue una noche, a cada ascenso le sigue un descenso. La persona debe aprender a regocijarse, no apenas durante el día, sino también durante la noche – ésta tiene su propia belleza.
Las cumbres tienen su gloria, los valles tienen su riqueza. Pero si te acostumbras tan sólo a las cumbres, empezarás a elegir, y una conciencia que empieza a elegir crea un problema. Permanece sin elección y, no importa lo que suceda, acéptalo como parte natural del crecimiento.
La noche puede volverse incluso más oscura, pero cuanto más oscura sea la noche, más cerca estará la amanecida. Siendo así, regocíjate con la noche oscura y aprende a ver la belleza de la oscuridad, de las estrellas, porque durante el día no vas a encontrar estrellas. Y nunca compares lo que ha sido, lo que debería ser, o lo que es. Lo que existe debe ser celebrado.”
Osho, The New Dawn.